El Gobierno británico informó hoy de que ha pedido formalmente al Grupo de Trabajo de la ONU que revise su declaración sobre el caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, del que dijo fue detenido de forma arbitraria en Londres.

El pasado febrero, ese grupo de la ONU opinó que la detención de Assange, refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012, es «arbitraria» y que su conclusión es «jurídicamente vinculante».

Sin embargo, el Ministerio británico de Exteriores considera que esa conclusión es «profundamente defectuosa», por lo que ha solicitado al grupo que proceda a la revisión.

El periodista se refugió en la legación diplomática de Ecuador en junio de 2012 al término de un largo proceso judicial en Londres relacionado con su extradición a Suecia, que lo solicita para interrogarle por un supuesto delito sexual que él niega.

«Las conclusiones originales del Grupo de Trabajo de la ONU son incorrectas y deben ser revisadas», dijo hoy el secretario de Estado del Foreign Office Hugo Swire, responsable de las áreas de América Latina y Lejano Oriente de ese ministerio.

«Queremos asegurar que el Grupo de Trabajo esté en posesión de todos los hechos. Nuestra petición para una revisión de la opinión deja bien claros esos hechos», agregó Swire en una declaración.

«Julian Assange nunca estuvo detenido en forma arbitraria en el Reino Unido y en realidad está evitando voluntariamente el arresto al elegir permanecer en la embajada de Ecuador. El Reino Unido continúa con su obligación legal de extraditarle a Suecia», indicó Swire.

Según los medios británicos, el grupo de la ONU espera analizar la petición del Reino Unido el mes próximo en Ginebra.

En febrero, ese grupo solicitó al Reino Unido y a Suecia que acaben con la detención arbitraria, además de asegurar que su decisión es vinculante, algo que ambos países han rechazado.

Assange cumplió el pasado 19 de junio tres años refugiado en la misión ecuatoriana en Londres al término del proceso legal ante la Justicia británica, que falló a favor de su entrega a Suecia.

La intención del periodista, de 44 años, es evitar la extradición al país escandinavo, porque teme ser enviado después a Estados Unidos, donde podría afrontar un juicio militar por los secretos sobre la seguridad estadounidense revelados por WikiLeaks.