Los competidores de la OPEP, especialmente EEUU, reducirán su producción en 2016 por primera vez en siete años debido al desplome de los precios, causado por un exceso de oferta al que la propia organización contribuye para defender su cuota de mercado.

Este es uno de los principales cálculos del informe mensual de la OPEP, en el que se informa que los países de la organización bombearon en diciembre unos 32,18 millones de barriles diarios (m/bd), muy por encima de su teórico techo de 30 m/bd, pese a un recorte de unos 210.000 barriles respecto a noviembre.

Los responsables de ese ligero retroceso de la producción son Nigeria, Arabia Saudí, Irak, Kuwait y Venezuela.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) produce alrededor de un tercio del crudo mundial y la demanda global en 2016 aumentará en 1,26 mb/d hasta los 94,17 mb/d, según los cálculos de los analistas de la organización.

«Los mercados mundiales del petróleo siguen siendo víctimas de un periodo de año y medio de exceso de oferta, junto con un aumento de los signos de desaceleración de la economía china», señala la OPEP sobre las razones que han llevado la cotización del crudo a mínimos de más de 12 años.

La OPEP apunta además que la subida de los tipos de interés en EEUU, el fortalecimiento del dólar y un invierno en el hemisferio norte más cálido de lo habitual también contribuyeron al desplome de los precios.

La tasa de crecimiento mundial para 2016 la sitúan los analistas de la OPEP en un 3,4 %, aunque advierten de que, además de China, otras economías emergentes como Brasil y Rusia pasan por momentos difíciles.

Al exceso de oferta de crudo contribuirá en los próximos meses otro socio de la OPEP, Irán, -que actualmente produce cerca de 2,9 mb/d- tras el levantamiento de las sanciones petroleras por la entrada en vigor de un histórico acuerdo sobre su programa nuclear.

Aunque los expertos de la OPEP no valoran en el documento los próximos pasos de Irán, los mercados consideran que Teherán podrá poner en los próximos seis meses como máximo unos 500.000 barriles adicionales en el mercado.

El efecto de los bajos precios va a suponer que en 2016 descienda la producción de competidores de la OPEP debido a que gran parte de su bombeo se basa en técnicas de extracción más caras, como las empleadas en el petróleo de esquisto.

«Después de siete años seguidos de un enorme crecimiento de los productores No-OPEP, en algunas ocasiones con más de 2 mb/d por año, en 2016 habrá un descenso de la extracción al empezar a dejarse sentir la caída de inversiones», avanzan los expertos de la organización.

Los analistas consideran que la caída en la producción se dará de forma suave debido a las reservas acumuladas en cuatro años en los que el crudo estuvo por encima de 100 dólares, lo que generó incentivos para invertir en formas alternativas de extracción.

En total, la producción de los competidores de la OPEP caerá en 2016 unos 660.000 barriles diarios, de los que 380.000 se perderán en EEUU, según los cálculos de la organización.

El barril de crudo de la OPEP bajó el vienes por primera vez desde 2003 de los 25 dólares, al venderse a 24,74 dólares.

Desde que el pasado 4 de diciembre los ministros de la OPEP exhibieran su división en Viena y no fueran capaces de pactar una oferta común de crudo, el valor de su barril de referencia se ha desplomado un 35 %.

Arabia Saudí, de lejos el principal productor de la OPEP con unos 10 mb/d, defiende la actual estrategia de bajos precios para mantener cuota de mercado y expulsar a competidores, como el petróleo de esquisto de EEUU, que necesita venderse a al menos 65 dólares para ser viable.

En EEUU se ha incrementado la producción desde los 5 mb/d en 2008 hasta una media de 9,5 mb/d en 2015, según el departamento de Energía del país norteamericano.

Algunos socios de la OPEP no están satisfechos con los bajos precios y Nigeria abogó recientemente por una reunión de urgencia de la organización, una propuesta descartada por el momento por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Catar.

Algunos analistas, como los de Goldman Sachs, ya habían avanzado que la caída de los precios estaba frenando la inversión, lo que podría llevar a una caída de producción y a una recuperación de los precios a medio plazo.