Gran parte de la afición madridista decidió no marcharse tras una noche mágica en las gradas del Bernabéu. Si no salen los jugadores no nos vamos de aquí cantaban hasta que diez minutos después de la conclusión del partido, los jugadores madridistas regresaron al terreno de juego.
Desde el centro del campo y dirigiéndose especialmente al fondo sur, desde donde llegaban los cánticos, devolvieron con aplausos a la grada el apoyo que tuvieron los noventa minutos para remontar los dos goles de desventaja y clasificarse por sexto año consecutivo a las semifinales de la Liga de Campeones.