El exjefe de Estado, en un comunicado divulgado por el Instituto Lula, afirmó que «jamás participó, directa o indirectamente, de cualquier ilegalidad, bien sea en los hechos investigados por la Operación ‘Lava Jato’ o en cualquier otro, antes, durante o después de su Gobierno».
‘Lava Jato’ es el nombre en portugués de la operación iniciada por la Policía Federal brasileña hace dos años para combatir una red acusada de desviar cerca de 2.000 millones de dólares de Petrobras y que implica a una veintena de grandes empresas y a medio centenar de políticos con fuero privilegiado.
En las últimas semanas, Lula ha divulgado varias notas para defenderse de las acusaciones de que fue beneficiado por empresas que participaron en la red de corrupción de Petrobras, que habrían pagado reformas en propiedades que se le atribuyen al exmandatario, que está acusado de ocultación de patrimonio y blanqueo de dinero.
Pese a que no aclara a qué acusaciones hace referencia, la nota del Instituto Lula fue divulgada pocas horas después de que trascendiera a la prensa que el exjefe del grupo oficialista en el Senado brasileño Delcidio Amaral, uno de los acusados en el escándalo, aceptó un acuerdo con la Fiscalía para delatar a otros implicados a cambio de una futura reducción de su condena.
Diversas fuentes han admitido que Amaral aceptó el acuerdo de delación pero hasta ahora nadie ha confirmado el contenido de sus denuncias y que, según el semanario Istoé, salpican tanto a Lula como a su sucesora en la Presidencia, Dilma Rousseff.
La revista asegura haber tenido acceso a las declaraciones que Amaral habría prestado a la Justicia en el marco de un acuerdo de cooperación y en las que el senador supuestamente acusa tanto a Rousseff como a Lula de tener conocimiento de la corrupción en Petrobras y de intentar ocultarla con maniobras en la Justicia.
Amaral fue encarcelado en noviembre pasado, cuando ejercía como jefe del grupo oficialista en el Senado, acusado de «obstaculizar a la Justicia» y de intentar sobornar a algunos implicados en la red de corrupción petrolera a cambio de su silencio.
Según la publicación, el senador afirmó ante los fiscales que lo interrogaron que fue Lula quien le «pidió expresamente» que intentara sobornar al exdirector de Petrobras Nestor Cerveró, uno de los principales implicados en el escándalo y que también se convirtió en delator, para convencerlo de no seguir colaborando con la Justicia.
La revista, que publica copias de algunos de esos documentos, agrega que Amaral también acusó a Rousseff de intervenir directamente en el nombramiento de algunos miembros del Supremo Tribunal de Justicia a fin de favorecer «la liberación» de algunos empresarios detenidos por el caso.
Tras una reunión de emergencia con Rousseff, el hasta hoy ministro de Justicia y nuevo titular de la Abogacía General de la Unión, José Eduardo Cardozo, concedió una rueda de prensa en la que aseguró que el senador «no tiene ninguna credibilidad» y desmintió una a una todas supuestas las acusaciones de Amaral.