Aunque Madonna tiene la costumbre de empezar sus shows con hasta tres horas de retraso – como ocurrió en su presentación en Brooklyn en diciembre – la cantante no tolera que nadie de su equipo llegue tarde, y según la revista «National Enquirer», la Reina del Pop puede ser una tirana con sus empleados e incluso les cobra una multa de 100 dólares a quienes no llegan a tiempo.
La fuente argumentó: “Madonna ha implementado una estricta política detrás del escenario donde los miembros del equipo y los bailarines enfrentan una fuerte multa de 100 dólares cada vez que se atreven a llegar tarde”.
Y debido a esta nueva regla que impuso, ni su personal ni sus bailarines llegan tarde.
Un representante de la estrella del pop dijo a la revista: «Nunca llegan tarde», asegura.