Como regalo de año nuevo, Madonna y su hijo David Blanda ofrecieron un concierto en el bar Stornewall Inn ubicado en el barrio de Greenwich Villlage en Nueva York.

La cantante llegó al lugar sin avisar vestida con un atuendo negro, moño plateado y sus característicos tacones altos.

Durante su estancia en el bar, Madonna reafirmó su compromiso con la comunidad LGBT y destacó sus esfuerzos contra la discriminación y la indiferencia.

Luego de su breve discurso, la reina del pop interpretó temas como “Like a Prayer” y “Cant Help Falling in Love”, un cover de Elvis Presley, en la que su hijo la acompañó con la guitarra.

El video grabado por un presente rápidamente se viralizó en redes.