Varias embajadas latinoamericanas en Pekín abrieron hoy sus puertas a jóvenes estudiantes chinos de español, en la jornada en la que el país asiático celebra el Día del Niño, para que se acercaran a la cultura de esos países y conocieran así el fútbol argentino, la historia peruana o la literatura venezolana.

Los niños, de entre 13 y 14 años, recibieron en el jardín de la Embajada de Argentina una breve sesión a cargo de un entrenador, conocieron en la legación de Perú la fuerte impronta que los emigrantes chinos dejaron en la nación andina, y se llevaron un buen lote de cuentos venezolanos en la tercera sede diplomática.

«Es una actividad que les dejará un buen recuerdo y les animará a estudiar más», señaló a Efe Qian Runsheng, una de las profesoras de español de los jóvenes invitados, de los institutos Dayu y Gucheng, que escucharon obedientes las explicaciones en las tres embajadas y fueron obsequiados con distintos regalos en todas ellas.

Para comenzar la mañana con buen pie, Nicolás Eiker, formado en la cantera futbolística del Defensor de Belgrano y con experiencia en el entrenamiento de niños chinos, dio a los estudiantes unos rudimentos sobre cómo pasar, disparar y controlar la pelota.

«La razón de que haya tantos jugadores argentinos exitosos en el mundo es que en Argentina se practica mucho, es uno de los países del mundo con entrenamientos más duros. Yo entrenaba seis horas al día con 12 o 13 años», contó Eiker a los niños, enfundados en la camiseta albiceleste que les regalaron.

El responsable de prensa de la Embajada argentina, Juan Corteletti, también dio la bienvenida a los chicos y les felicitó «por haber elegido el español como un idioma de su interés, porque es una lengua verdaderamente importante, la segunda del mundo después del chino en términos de hablantes nativos».

Más tarde los alumnos visitaron la Embajada de Perú, donde el embajador Juan Carlos Capuñay les recibió y recordó la importancia de la comunidad china en el país andino, la más grande de Latinoamérica y la primera que llegó a la región.

«Es por eso que muchas palabras, costumbres y manifestaciones chinas las tomamos como nuestras», destacó el diplomático, quien recordó por ejemplo que en Perú al jengibre no se le conoce con ese vocablo castellano, sino con el nombre de «kion», que procede de los dialectos del sur de China.

En la sede diplomática de Venezuela, última parada de la excursión latinoamericana de los niños, éstos visitaron las muestras de fotografías de Hugo Chávez y de paisajes venezolanos, y además conocieron las vidas de próceres como Simón Bolívar o Francisco de Miranda.

«Con el español tienen otra visión para poder conocer al mundo, y en el futuro con su trabajo pueden contribuir al desarrollo diplomático», destacó a Efe Cao Yanyan, directora del Instituto Dayu.