El capitán del seleccionado albiceleste encendió las alarmas tanto de su equipo nacional, como del Barcelona, al retirarse lesionado en el minuto 64 tras un rodillazo casual del hondureño Oliver Morazán, tras ser derribado por Johnny Leverón.
«Importante contusión ósea y de partes blandas de la parrilla costal izquierda (últimas tres costillas), y de zona paravertebral lumbar. Se le practicó una tomografía axial computada y una resonancia nuclear magnética. Además, se le indicó tratamiento médico», informó la AFA después de que Messi abandonara en la madrugada la clínica Cimac de la capital sanjuanina.
Los médicos del conjunto argentino habían anticipado antes del traslado al sanatorio que Messi tenía un «traumatismo en el lado izquierdo de la zona lumbar y la parrilla costal».
Tras la victoria de ayer por 1-0 con gol de Gonzalo Higuaín, los caminos del seleccionado argentino y de su capitán se bifurcarán para volver a encontrarse recién dos días antes del debut en la Copa América del Centenario, ante Chile, el 6 de junio en la ciudad estadounidense de Santa Clara.
Messi viajará directamente desde San Juan hacia Barcelona para poder cumplir con la requisitoria del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), en un juicio que se iniciará el martes con las cuestiones previas y la declaración de los testigos, proseguirá el miércoles con la intervención de más testigos y de los peritos hasta llegar a la comparecencia de Messi el jueves.
Tras la declaración del capitán argentino y de su padre Jorge, será el turno para los informes finales, ante lo que el tribunal ha reservado también el día 3 de junio, por si fuera necesario extender el proceso.
En su escrito de acusación, la Fiscalía solicita 18 meses de prisión para el padre del jugador por evadir 4,1 millones de euros en impuestos la Hacienda española, pero pide el archivo de la causa para Lionel Messi, contra el que inicialmente se querelló, al entender que no tuvo conocimiento del fraude.