El cantante country neozelandés decidió soltar la chequera y adquirir la lujosa propiedad en Manhattan, para que la rubia ganadora del Oscar por el filme «The hours» en 2003 pueda hacer largas temporadas en el prestigioso circuito teatral neoyorquino, y la mejor manera de lograrlo era radicar en Nueva York y no en Nashville, residencia habitual de la pareja desde hace 10 años.