El nuevo canciller de Ecuador, Guillaume Long, apostó hoy por fortalecer la integración latinoamericana y dar "muchísima fuerza" a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), más allá "de las divergencias legítimas que puedan existir entre los gobiernos" de la región.

Convencido de que «la integración es el camino» de América Latina, Long consideró que hay que «seguir empujando» esa política que «está empezando quizás a ralentizarse», por lo que subrayó el valor de la Unasur como organismo «más tradicional de integración» con que cuentan los gobiernos suramericanos.

En su primera conferencia de prensa desde que fue designado canciller, la pasada semana, el ministro ecuatoriano defendió la «democratización de la gobernanza internacional».

«Hay que pensar realmente en una democratización de las instancias internacionales» y «de las instituciones de gobernanza internacional», dijo al resaltar que en la asamblea general de las Naciones Unidas el voto es «simbólico», algo que «no es aceptable», aseveró.

Long se refirió también a la relación de su país con EEUU y dijo que aspira a que sea lo mejor posible, para lo que consideró esencial el respeto mutuo y pidió a ese país que no haga pronunciamientos sobre la política interna ecuatoriana.

Al referirse a un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre narcotráfico que sitúa a Ecuador como «uno de los países por los que más drogas ilegales transitan» de camino a Estados Unidos y Europa, Long señaló que el país andino es uno de los que más esfuerzos dedica al combate al narcotráfico.

El ministro, al mismo tiempo, destacó que el de la droga es un «problema transversal» en el que, además del consumo, hay que analizar de forma frontal aspectos como el lavado de dinero y «dónde se queda» la ganancia de la venta de drogas, pues hay informes que indican que solo entre el 5 y el 10 % de los recursos permanecen en los países productores.

En relación con EEUU, el canciller criticó la decisión de Estados Unidos de prorrogar por un año un decreto que considera a Venezuela como una amenaza «inusual y extraordinaria» para su seguridad, y dijo que «no es serio» afirmar esto, algo que «perjudica el clima de cordialidad» en las relaciones entre EEUU y Latinoamérica y el Caribe.

El ministro, preguntado por el caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, reiteró la posición del Gobierno ecuatoriano al reclamar que se acate «a la brevedad» el dictamen emitido por el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitraria que considera arbitraria su situación en la embajada ecuatoriana en Londres, donde se encuentra asilado.

Assange se refugió allí para evitar ser extraditado a Suecia, país que le reclama en relación con unos supuestos delitos de agresión sexual (que él niega) pues teme ser extradite a EEUU, donde hay abierto un caso en su contra por los miles de cables con información sensible del Gobierno estadounidense que filtró WikiLeaks.

Sobre la paz en Colombia, el ministro dijo que Ecuador está al servicio del pueblo y del Gobierno colombiano y de las instancias internacionales para colaborar «en el proceso de negociación de la paz», que «no es solamente la paz de Colombia», sino de América Latina y del mundo.

También reiteró la «absoluta predisposición» a «ayudar de la manera que sea» a la paz entre el Ejecutivo colombiano y la guerrilla Ejercito de Liberación Nacional (ELN), incluida la posibilidad de que se lleven a cabo negociaciones en territorio ecuatoriano, y siempre que exista la «anuencia» del Gobierno de Colombia.