Según la OMS, el uso de insecticidas seguros es la forma más eficaz de acabar con el mosquito tanto en estado de larva como de adulto, y por lo tanto, para acabar con la transmisión del zika y de otras enfermedades que el insecto también contagia, como el dengue y el chikunguña.
Por ello, la organización internacional señaló que es esencial mantener la efectividad de estos insecticidas contra las poblaciones de mosquito, puesto que éstos ya están comenzando a desarrollar resistencia a los químicos.
Las rotación de insecticidas es una de las tres principales recomendaciones que hace la OMS, que específicamente sugiere cambiar cada seis meses de producto.
Una técnica que según el informe se debería implementar, incluso antes de que se registre alguna inmunidad.
En esta línea, la OMS hace su siguiente recomendación y es que se utilicen diferentes tipos de insecticida para los diferentes estadios de la vida del mosquito.
Por último, el documento señala que los insecticidas se deberían rociar en «mosaico», es decir, que un compuesto químico se utilizase en un área y que otro que actuase de manera diferente, se usase en las zonas vecinas.
Este método, explican, es «robusto» teóricamente, pero difícil de implementar, especialmente cuando se busca atajar rápidamente una epidemia.
Además del uso de insecticidas, la OMS puntualiza también que hay que continuar combatiendo el mosquito a través de herramientas sin químicos, como la eliminación y limpieza de las zonas con agua estancada y la protección personal contra las picaduras.