La oposición venezolana dijo este sábado que espera que el poder electoral no siga demorando el trámite hacia el referendo presidencial y que agilice el paso a una segunda fase, en la que 1,8 millones de electores deben confirmar que desean que la suerte del presidente, Nicolás Maduro, sea decidida en las urnas.

Entre acusaciones de parcialidad a favor de Maduro que le achacan a cuatro de los cinco rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) dijo que espera para las próximas horas el fin oficial de la primera fase.

Esta consistió en la entrega el lunes pasado al ente electoral de firmas de electores a favor del inicio del trámite hacia el referendo y la verificación de estas en un plazo de cinco días.

La MUD debió recabar las firmas de al menos un 1 % del universo electoral nacional, equivalente a unos 190.000 electores a favor del referendo, pero asegura que el lunes entregó 1,8 millones, cerca del 10 % de los casi 19 millones de votantes del país.

El secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, denunció que el CNE «aplica operación morrocoy (tortuga)», pese a que el proceso «se produce en el marco de un estallido social en progreso», porque la situación en Venezuela «es hoy muy preocupante; el hambre no espera y el dolor de familias afectadas por el hampa tampoco».

«Venezuela es hoy un polvorín que está demandando soluciones y quienes integramos la MUD queremos que sean pacíficas, con los votos y no con la sangre del pueblo», pero «tenemos que denunciar que la corrupta cúpula oficialista sigue obstaculizando la salida pacífica», remarcó.

El portavoz de turno de la MUD, el alcalde del municipio Sucre de Caracas, Carlos Ocariz, requirió a su vez que, «aunque aún faltan cajas por revisar, el CNE no tome atajos y continúe sin demoras el proceso del referendo para revocar el mandato» de Maduro.

«Después de esta fase, el CNE tiene un día, que esperamos sea este domingo, para decidir cuáles serán los 200 puntos o más en los cuales los electores deberán validar sus firmas, de manera que la semana próxima se pueda activar esta etapa», agregó.

«Si quieren contar las diez cajas que faltan, bien, pero que eso no sacrifique la continuidad (…) y que dediquen el día de mañana domingo para decidir cuáles serán los puntos para la validación de las firmas, que es la etapa que viene», insistió.

El coordinador del equipo técnico de la MUD, Roberto Picón, dijo junto a Ocariz a las puertas de las instalaciones del CNE donde se contabilizan las firmas que las autoridades electorales le informaron que hoy no cuenta como quinto y último día de revisión.

«Nosotros, formalmente, solicitamos que se habilitara el sábado como día laborable (…), pero nos han informado que el proceso se reanudará el lunes», declaró Picón.

El dirigente técnico opositor reconoció que «el proceso se ha hecho técnicamente de manera perfecta».

«Queremos hacer un reconocimiento al personal técnico del CNE que ha trabajado durante estos días con nosotros», aunque «hizo falta» que los directores del ente electoral dispusieran «mayor cantidad de recursos para cumplir con esta tarea que es prioritaria para el país», sostuvo.

Picón reveló que la MUD ha pedido al CNE, por intermedio de Luis Emilio Rondón, el único rector electoral en el que confían, «que se constituya una mesa técnica para que las autoridades electorales compartan con nosotros la información sobre la forma en que se van a cumplir los siguientes pasos» hacia la celebración del referendo.

La tercera etapa se concentrará en la búsqueda de que un 20 % de los electores venezolanos -cerca de 4 millones- pidan al CNE que convoque formalmente el referendo, que Maduro perderá si logran un voto más de los que él cosechó en las elecciones celebradas de abril de 2013, que definieron el período presidencial 2013-2019.

Maduro obtuvo 7.505.338 votos (50,66 %) y el abanderado de la MUD, Henrique Capriles, 7.270.403 votos (49,07 %).

Capriles y otros dirigentes de la MUD han denunciado que la mayoría de los rectores electorales están retardando deliberadamente el proceso y seguirán haciéndolo, con la intención de que se celebre en 2017 y no este año.

Si la oposición gana el referendo este mismo año, el CNE deberá convocar nuevas elecciones presidenciales, pero si lo hace en 2017 Maduro será reemplazado hasta 2019 por su vicepresidente, Aristóbulo Istúriz.

«Si el referendo revocatorio no es este año, no tiene sentido. No nos interesa un mismo Gobierno. O es este año o no hay revocatorio», ha insistido Capriles.