El sacerdote, de origen colombiano, se emociona y aparta la mirada al pensar en los feligreses fallecidos, pero asegura que, a pesar del dolor, está dispuesto a seguir dando apoyo a la comunidad en Jama, población situada en el epicentro del sismo que ha causado 655 muertos, según el Gobierno.
«Para mí lo más importante es que la gente se sienta bien, fortalecida, con energía de continuar en su pueblo, que no se vayan, que no dejen el pueblo. Eso es lo más importante y lo material es secundario, eso se reconstruirá, se reparará algún día», dijo a Efe.
A pesar de que no es del país y podría haber regresado a Medellín, su tierra, considera que es el momento de estar junto a sus fieles.
«Es un momento difícil para mí, yo me hubiera ido a Colombia…pero no tengo corazón de abandonar a la comunidad… no debo abandonar a mi rebaño», concluyó.
Por lo tanto, explica, seguirá en Jama «hasta que Dios lo permita» y mientras tanto dedicará sus esfuerzos «a ver qué se puede hacer por el templo y por la gente».
El sacerdote, que atiende la parroquia de Jama y también la del cantón 10 de Agosto, a una hora en automóvil, recuerda que el día del temblor estaba en su casa, a punto de abrir el ahora inexistente templo cuando le sorprendieron las fuertes sacudidas que han destruido el 90 % de las edificaciones, según dijo.
«Esa casa me parecía que se movía diez metros a lado y lado», comenta el párroco quien, cuando por fin cesó el temblor, se puso a colaborar con la comunidad.
Zapata puso su automóvil al servicio de los vecinos y se pasó toda la noche y parte de día siguiente haciendo viajes para sacar del pueblo a todos los que pudo, dado que en aquel momento se desconocía si existía riesgo de tsunami.
Tras los primeros días de temor, la población está ahora un poco más calmada, señala el sacerdote, quien con ayuda de sus fieles ha sacado los bancos del templo a la calle, donde ahora celebra la misa. «Es el momento de un acercamiento a Dios», dice.
Zapata, quien lleva 14 años en Ecuador y cuatro y medio en Jama, comienza a pensar ya en la reconstrucción del templo, aunque aún no sabe cómo se hará, pues se necesitan recursos.
Sobre el futuro de la localidad, el cura cree que se harán esfuerzos para levantarla de su ruinoso estado. «Padre, sigamos adelante, que vamos a trabajar por Jama, lo vamos a reconstruir», cuenta que le dijo hace unos días el presidente Rafael Correa, de visita en el cantón.
«Y yo confío en la palabra del señor presidente», concluyó.