Ahora, Jamie Spears ha demandado a la cantante para que ella pague los honorarios de sus abogados.
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Tras obtener un préstamo de 40 mil dólares de la compañía Tri Star Sports & Entertainment Group en el 2008, mientras la cantante se encontraba internada bajo supervisión psiquiátrica, contrató a esta empresa para manejar las finanzas de su hija.
Aunque legalmente ya es libre de la tutela de su padre, el control de los bienes no ha sido totalmente transferido a la intérprete de “Toxic”.
Esto se debe a que la jueza a cargo del caso determinó que la recuperación tendría que ser de manera paulatina y bajo la asesoría de un contador elegido por la corte, en beneficio de Britney.
