El rapero estadunidense cantó ayer en México y salió al escenario del Foro Sol con una camiseta que llevaba impresa varias caras de Peso Pluma.

Instagram Post Malone

Hay quienes dicen que las primeras veces nunca se olvidan y Post Malone pudo comprobarlo, pues su debut en la Ciudad de México fue simplemente inolvidable, tanto para sus fans como para el artista, quien no paró de agradecer el amor y cariño que recibió a lo largo de presencia en la capital.

El rapero presentó ayer su gira If Y’all Weren’t Here, I’d Be Crying, (Si todos ustedes no estuvieran aquí, estaría llorando) y vaya que sus fans mexicanos le dieron motivos para no llorar, pues desde que arribó al Foro Sol no recibió otra cosa que no fuera elogios.

Y es que era prácticamente imposible no hacerlo, pues dispuesto a sorprender a sus fans montó una producción de altura que destacaba por sus hileras de reflectores colocadas arriba y abajo del escenario, de las cuales también salía humo, fuego y pirotecnia, además de tres pantallas gigantes y visuales que entre paisajes y gráficos tornaban el lugar tridimensional.

Poco después de las 21:00 horas, luego de que Alemán abriera la velada, el lugar comenzó a retumbar en aullidos cuando un montón de luces tintineantes anunciaron que era momento de recibir a Malone, quien encendió los ánimos bajo su éxito Better Now, que cual dinamita inmediatamente hizo estallar a su audiencia en gritos.

El artista de 28 años apareció luciendo una playera del mismísimo Peso Pluma, unas bermudas, tenis y su clásica barba, además de sus simbólicos tatuajes.

El cantante agregó también, más delante, un sombrero vaquero con el que se ganó todavía más a su público.

Ciudad de México, ¿se están divirtiendo? Debo decir he estado en muchos lugares en la gira, pero ninguno como ustedes”, admitió pasadas apenas sólo tres canciones, pues bastaron esos números para que el público lo atiborrara de gritos.

Su explosiva energía iba acorde con los beats, sintetizadores que resonaban por todo el lugar haciéndolo vibrar todo al compás de los saltos y rugidos del líder, quien rola tras rola evidenciaba que estaba ahí para darlo todo en compañía de sus músicos.

Wow, Zack and Codeine, Psycho, Goodbyes, Hollywood Dreams y Mourning pusieron así a vibrar el recinto, que pese a no estar completamente lleno, vibraba con una locura contagiosa, pues no había quien no la estuviera pasando bien.

Con Jonestown, el artista y compañía desataron el mismísimo infierno con múltiples hileras de fuego detonando un beat tras otro por todo el lugar en un escenario cubierto de luces rojas y fuegos artificiales que estallaron por los alrededores, la poderosa interpretación y producción enloquecieron a la audiencia.

¡Postie!, ¡Postie!”, rugían ahora ellos, por lo que Malone tuve que tomarse una pausa y sonreír atónito, pues confesó que no podía creer lo que estaba viviendo.

¡Muchas gracias, México city!”, respondió en spanglish.

¡Holy Fuck! Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida, gracias por compartir su amor y energía conmigo. Estoy tan feliz hoy, de verdad muchas putas gracias”, agregó emocionado.

Al número le siguió Take What You Want, que interpretó rodeado de truenos que parecían caerle encima mientras se tambaleaba al ritmo de la música por toda la tarima, pero la verdadera locura llegó con su hit Rockstar, con el que dejó salir al diablo que lleva dentro. Truenos rojos y explosiones de lava invadieron su escenario, con el que Malone se postró en el piso para luego menearse con sus músicos.

Tras una interpretación acústica de su tema Feeling Whitney con guitarra en mano, probando que puede pasar de demonio a santo, el cantante bajó a barricada a abrazar a sus fans y subir a un afortunado.

¡Bésalo!”, gritó un fan de entre la audiencia.

Mi inglés no es muy bueno, pero quiero decirte gracias por venir a México. De mi parte y de mis hermanos, te amamos”, expresó el chico desde el escenario.

Malone respondió dándole de su bebida, la cual el fan se fondeó de inmediato para después ser invitado a tocar Stay.

Gracias por venir, eres increíble”, le dijo el fan después de terminar la presentación en un abrazo.

Circles fue la canción con la que el estadunidense puso a corear a todos desde los primeros acordes.

Candy Paint, Too Young y Congratulations también formaron parte del setlist.

Previo a la última canción, el cantante de 28 años ofreció un discurso sobre amor propio y pidió a sus fans mexicanos que nunca dejaran de amarse y creer en sí mismos porque él los amaba a cada uno con todo el corazón.

Luego de haberse despedido, el intérprete regresó a la tarima para entonar otro de sus más grandes hits, Sunflower, con el que sus seguidores probaron que podían gritar y cantar todavía más fuerte y la canción resonó por cada rincón del recinto cargando nuevamente el ambiente de una energía que combinó a la perfección con el set de fuegos artificiales que el artista preparó para el final, un cierre digno de un 15 de septiembre.

La presentación de casi dos horas culminó a ritmo de Chemical, con el vocalista sin ganas de irse, pues incluso terminada la canción, éste siguió regalando fotos y abrazos a sus fans de primera fila hasta tener que ser escoltado por su equipo, no sin antes prometer que regresaría muy pronto tras la cálida bienvenida.

Lee la nota original aquí.