El director de esa organización, José Miguel Vivanco, publicó el 15 de diciembre un artículo en la web del organismo en el que cuestionó la condena impuesta a los detenidos y consideró que en este caso «la pena de encarcelamiento resulta absolutamente inadecuada».
Un juez de Quito condenó a los 21 detenidos, quienes hoy quedaron en libertad, a 15 días de prisión y al pago de 4.200 dólares en conjunto a policías que resultaron con heridas durante las protestas.
Las autoridades informaron entonces que unos 13 agentes resultaron heridos durante un duro enfrentamiento con los manifestantes que, según la Policía, agredieron a los agentes con palos y piedras.
Las protestas se produjeron después de que la Asamblea Nacional (Parlamento) de Ecuador aprobara un paquete de 15 enmiendas que, además de la reelección indefinida de cargos escogidos por voto popular, incluyeron temas laborales, de comunicación, de control y de funciones de las Fuerzas Armadas, entre otros.
Correa, en una conferencia de prensa a su regreso de Perú, donde hoy participó en el Encuentro Presidencial y IX Gabinete Binacional en la ciudad de Jaén, aseguró que «lo que dice Human Rights Watch es mentira» y «lo que dicen los detenidos es mentira».
El mandatario afirmó que «las protestas fueron violentas», por lo que las fuerzas de seguridad actuaron ante los «ilícitos» que se estaban cometiendo.
Negó que la Policía actuara «reprimiendo la protesta» y subrayó que «nadie hace caso a Human Rights Watch».
«Se miente con demasiado descaro», reiteró el gobernante, quien tachó de «politiquero que odia al Gobierno» a Vivanco quien, según él, «está en contra de los Gobiernos progresistas de América Latina».