Uno de los argumentos esbozados por el Primer Mandatario fue comparar el endeudamiento público durante los años 70 y la década del neoliberalismo, en relación a la deuda adquirida por su Gobierno. En los periodos que duró el salvataje bancario el porcentaje ascendió al 85,47% de deuda pública mientras que en el 2014 se ubicó en el 33,06%.
Incluso la propia tarea del Gobierno permitió realizar una auditoría a la deuda que había adquirido el Estado años atrás, calificada por muchos analistas como usurera por la inconsistencia de sus adjudicaciones. “Esa deuda se acumuló en las dictaduras militares. Antes de 1976 no venía un banquero internacional ni de turista al Ecuador, vinieron hacer cola con los respectivos maletines de coima porque se aprovechó el shock petrolero”.
Los créditos adquiridos durante esa época incluso se destinaron para armamento y gasto corriente, según el Mandatario. Pese a que las dictaduras militares habían menguado la democracia en el país y la región entera. Este fenómeno se caracterizó por el apoyo de “los organismos internacionales funcionales al capital financiero global. El principal impulsador del endeudamiento fue César Robalino, hace poco presidente de la Asociación de Bancos”.
Frente a la democracia a escala regional advirtió que hay una “restauración conservadora que se la anunció hace 2 años atrás, existen estrategias concertadas para desgastar a los gobiernos progresistas; ya no con botas ni fusibles pero sí con los medios de comunicación y el boicot económico para que la derecha trate de retornar al poder”. En el caso de Venezuela afirmó que atraviesa problemas debido a la dependencia petrolera que sostiene y al boicot realizado por las transnacionales norteamericanas. “En Venezuela sin lugar a dudas habido problemas, por parte de la dependencia del petróleo, situación que ha sido históricamente. ¿Qué era Venezuela antes de Chávez?, se le preguntaba a un gringo dónde queda Venezuela y primero interrogaba qué es Venezuela”.
“Es impresionante el permanente el boicot económico y mediático que tiene Venezuela. Muchas fotos que sacan de gente hurgando en la basura no son reales, son montajes. Hay transnacionales norteamericanas que producen y acaparan toda la producción para generar artificialmente escasez”, puntualizó.
Añadió que en América Latina existe una corriente que intenta desestabilizar a los gobiernos progresistas. Ahí se refirió a la realidad que atravesó Brasil, semanas atrás, así como la persecución política a la expresidenta Cristina Fernández en Argentina “la derecha no sólo quiere volver, tiene sed de venganza”. /