A la reunión, que tendrá lugar en el emblemático Hotel Sheraton de Doha, está previsto que acuda una veintena de miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores, que en total representan en torno al 75% del mercado.
En esta cita se evaluará el acuerdo alcanzado en febrero por Arabia Saudí, Catar, Rusia y Venezuela, que decidieron congelar los niveles de producción, y se estudiará la posibilidad de ampliar este pacto a los principales productores.
El objetivo último es el de reducir la cantidad de crudo que se inyecta en el mercado, actualmente sobresaturado, para tratar así de frenar la bajada del precio del crudo, que se ha devaluado un 75 por ciento en el último año y medio .
El anfitrión se mostró optimista en torno a la posibilidad de alcanzar dicho acuerdo, después de que un gran número de países hayan confirmado su asistencia al encuentro, al que faltará EEUU, uno de los principales productores.
Desde el otro lado del Atlántico acudirán Venezuela y Ecuador, y este último se ha mostrado a favor de un pacto mundial para limitar la producción, ya que su economía se está viendo afectada por la drástica caída del precio del petróleo.
Fuentes de la Embajada de Ecuador en Doha confirmaron a Efe que el ministro de Hidrocarburos, Carlos Pareja Yanuzelli, se encuentra en Catar para asistir a la cita del domingo.
Asimismo, la Embajada del país andino -que produce poco más de medio millón de barriles diarios- emitió un comunicado en el que señaló que «la acción conjunta y coordinada de los países productores de petróleo, ya sean grandes, medianos o pequeños, tendría un efecto positivo en la recuperación de la estabilidad del mercado».
Quito hospedó el pasado 8 de abril una reunión, con la participación de México, Colombia y Venezuela, para pactar precisamente una postura conjunta de cara a la cita del día 17 en Catar.
Los cuatro países latinoamericanos coincidieron en «la necesidad de balancear la producción y la demanda de crudo para alcanzar un precio equilibrado».
Por ello, Ecuador deseó que los principales productores latinoamericanos tengan «tengan una influencia positiva en las discusiones y decisiones que serán adoptadas por los países miembros de la OPEP y otros productores el próximo domingo 17 de abril», según la nota de su legación diplomática.
La región de Latinoamérica y el Caribe juntas son el tercer productor mundial de petróleo, y la región latinoamericana produce ocho millones de barriles diarios de petróleo, de los cuales exporta cinco millones.
El pasado mes de marzo, la producción de los países de la OPEP se situó en 32,25 millones de barriles al día, unos 15.000 barriles más que el mes anterior, mientras que los países no miembros de la OPEP aumentaron su producción en 160.000 barriles diarios.
Por su parte, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) consideró en su informe de este mes que un acuerdo de congelación de producción tendría un «impacto limitado en el suministro físico de petróleo».
El acuerdo del pasado mes de febrero entre Catar, Arabia Saudí, Rusia y Venezuela estableció la congelación a los niveles de enero de 2016, cuando el oro negro se situaba por debajo de los 30 dólares el barril.
El precio del barril de la OPEP bajó ayer un 0,8 % respecto a la jornada anterior y se vendió a 38,58 dólares.
Los productores intentarán desarrollar en Doha una estrategia que permita que el valor del barril de petróleo se recupere de cara a la segunda mitad del año, cuando -según las estimaciones de la AIE- la demanda en los mercados internacionales aumentará.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional, en su informe sobre perspectivas económicas, estima que los precios del petróleo se mantendrán «bajos durante más tiempo».
Los países del golfo Pérsico, principalmente Arabia Saudí, y otros Estados cuyas economías dependen de los hidrocarburos, como Argelia, se muestran a favor de adoptar medidas que limiten la caída del precio del petróleo.
Esta bajada ha forzado a las ricas monarquías del golfo, incluido el propio anfitrión, Catar, a llevar a cabo recortes en sus presupuestos generales para tratar de limitar el déficit público.