Para evitar que las futuras generaciones sean adictas a la nicotina, las autoridades de salud en Australia anunciaron que el uso de cigarrillo electrónico, con fines recreativos, queda terminantemente prohibido en todo el territorio nacional.
Además, el impuesto al tabaco se incrementará en un 5%, cada año, a partir de septiembre de 2023.
El ministro de Salud australiano, Mark Butler, declaró que el vapeo se ha convertido en un problema de conducta en escuelas y colegios. Pese a que su uso tiene fines terapéuticos, para que los fumadores impulsivos abandonen el tabaco, el funcionario aseguró que se ha convertido en un producto dirigido a los más jóvenes, y que eso debe terminar.
Aseguró que los cigarrillos electrónicos contienen más de 200 sustancias químicas que no deberían entrar en los pulmones, y que los esfuerzos de la salud pública en la reducción del tabaquismo, podrían quedar en el olvido ante esta actividad.
Ahora, este tipo de productos deberán ser expendidos únicamente en envases de tipo farmacéutico, se restringirá su exportación sin receta medida, y aquellos que lo hagan, deberán tener una reducción en los volúmenes de nicotina.
Los vaporizadores desechables de un solo uso quedarán prohibidos también, al igual que los diseños con colores atractivos, y aquellos con sabores de frutas o esencias.
La medida ha generado una serie de opiniones diversas en la ciudadanía a favor y en rechazo de la misma, la cual no tendrá marcha atrás. Desde el Gobierno anunciaron que esta campaña tendrá un costo de 42 millones de dólares.
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