Rafael Correa, presidente de la República, en una rueda de prensa desde Manabí, confirmó que las cifras de fallecidos llegó a 272 y de heridos a 2 078, tras el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter registrado el sábado 16 de abril a las 19:00 en las costas ecuatorianas.
El Presidente aseguró que el terremoto es una de las tragedias más grandes registradas en los últimos 67 años. Pero enfatizó que «así como son grandes las tragedias, más grande es el espíritu ecuatoriano y saldremos adelante».
El Mandatario recordó que ha sido declarado al país en estado de excepción para atender la tragedia que hasta el momento ha dejado 272 personas fallecidas. «Temo que esa cifra aumentará porque seguimos removiendo escombros. Hay muchísimos cadáveres», dijo el Jefe de Estado. Además, aseguró que hay señales de vida en muchos escombros, por lo que la prioridad es recuperar esas personas. Para ello, se han movilizado 10 000 efectivos de las Fuerzas Armadas y 1 005 de la Policía Nacional.
Los sectores más afectados, de acuerdo con el Presidente, se encuentran en la provincia de Manabí. Por ello, a las ciudades de Portoviejo y Chone se enviarán hospitales móviles, mientras que a Pedernales se mandarán unidades quirúrgicas.
También informó que ha recibido llamadas de solidaridad de mandatarios del mundo entero. Pero reconoció que la tragedia ocurrida es muy grande. «Ecuador ha sido tremendamente golpeada», dijo el Mandatario, quien pidió a la ciudadanía unidad y solidaridad.