El jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, volvió hoy a tender la mano al socialistas PSOE para formar un Gobierno de gran coalición que dé una imagen estable, dentro y fuera de España, mientras el principal partido de la oposición rechazó de plano cualquier alianza.

El presidente del Gobierno español dijo hoy no tener ‘líneas rojas’ para alcanzar este posible pacto, porque permitiría acometer reformas con el «amplísimo apoyo» de los 200 diputados que ambos partidos tienen en el Congreso.

El pasado 20 de diciembre el partido de Rajoy, el PP (centroderecha) ganó los comicios legislativos con 123 escaños (de 350), seguido del PSOE con 90; Podemos (izquierda antiausteridad) con 69 y Ciudadanos con 40, un escenario que hace necesario un acuerdo para formar Gobierno.

Rajoy hizo esta propuesta el mismo día que el presidente catalán en funciones, Artur Más, anunció que el próximo día 10 de enero tendrá que convocar nuevas elecciones regionales si no consigue un apoyo de último momento a su investidura del partido radical de izquierdas CUP, con quien impulsó el proceso independentista.

La formación de un nuevo Ejecutivo regional en Cataluña está bloqueado desde que las elecciones de la región el pasado 27 de septiembre alumbraran un Parlamento fragmentado, en el que la coalición de Mas, Junts pel Si, obtuvo 62 escaños -a seis de la mayoría absoluta-, pero no consiguió ningún apoyo en dos votaciones para reelegirle como presidente regional.

La cuestión catalana está dificultando a su vez la formación de Gobierno a nivel nacional. Por un lado, una eventual coalición de partidos de izquierda está bloqueada porque Podemos es partidaria de un referéndum consultivo sobre la independencia de Cataluña, que rechaza de plano el PSOE.

Por otro lado, la afrenta soberanista de Mas y la CUP es el principal argumento del PP para apostar por una gran coalición de partidos a los que a su juicio les une «lo fundamental», la unidad de España, la soberanía nacional, el principio de la igualdad de los españoles y la pertenencia a la UE, señaló hoy Rajoy en una entrevista con una radio privada.

El jefe del Ejecutivo advirtió al PSOE del riesgo que entraña un gobierno con la «extrema izquierda» y los partidos nacionalistas, que «generaría inestabilidad» y «no sería bueno ni para la economía ni para la política» del país.

El portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, rechazó hoy de plano la oferta de Rajoy y dijo que con el PP no habrá «ni grandes coaliciones, ni pequeñas», porque «no es no», una actitud que consideran inamovible ya que el partido se presentó a las elecciones para «cambiar las cosas», señaló.

El socialista cree que Rajoy tiene la responsabilidad como lista más votada de tratar de formar Gobierno y, si no lo consigue «se abrirá otro tiempo» y será el PSOE el encargado y quien marcará los requisitos.

Los socialistas no conciben una gran coalición al estilo alemán con el PP, principalmente porque su electorado no lo entenderían, especialmente tras el enfrentamiento entre su líder, Pedro Sánchez, con Rajoy, al que acusó de «no ser decente» por los casos de corrupción que salpicaron al PP, durante un debate de la campaña electoral.

El presidente del Gobierno se defendió llamándole «ruín, mezquino, miserable y deleznable», un cruce de acusaciones que elevó el tono de la campaña y afianzó la distancia entre ambos partidos.

Rajoy subrayó la necesidad de «respetar» el resultado de las urnas y defendió su coalición como la mejor opción: «Son más las cosas que nos unen que las que nos separan», recalcó.

La posición de los dos partidos mayoritarios se mantiene inmóvil una semana antes de la fecha oficial del comienzo de la nueva legislatura -13 de enero- y en un incierto escenario que podría degenerar en la convocatoria de nuevas elecciones.