Esa evaluación se basa en dos factores: la probabilidad de propagación del virus y la capacidad existente en cada país para prevenir o contener con rapidez la transmisión local.
Entre los 53 países de la región, con una población de unos 900 millones, la OMS señala a 18 con probabilidad moderada, todos de la cuenca mediterránea, entre ellos España, que aparece sexta en la lista -de mayor a menor- por detrás de Francia, Italia, Malta, Croacia e Israel.
Todos tienen en común que en ellos se ha detectado la presencia del mosquito Aedes albopictus, considerado un vector potencial de transmisión del virus, aunque con menor capacidad que el Aedes aegypti, culpable de la propagación de la enfermedad en América.
Expertos de la OMS aclararon en una teleconferencia que el objetivo de la lista no es establecer una clasificación y que el orden de los países está relacionado con un conjunto de factores como densidad de población y condiciones climáticas.
La OMS estima en cambio alta la probabilidad de propagación en tres áreas donde sí está establecido el Aedes aegypti: la isla portuguesa de Madeira y las zonas norte y este junto al mar Negro.
En el resto de países de la región europea la probabilidad es baja, muy baja o inexistente, debido a la ausencia de ese tipo de mosquitos y las condiciones climáticas.
El lugar más bajo en la escala lo ocupan países como Bielorrusia, Letonia, Islandia, Estonia y Finlandia.
A los países donde la probabilidad de transmisión es alta o moderada la OMS les recomienda reforzar las actividades de control vectoriales para prevenir la introducción y propagación de mosquitos y reducir su densidad, especialmente en áreas con Aedes aegypti.
La oficina regional, con sede en Copenhague, instó a equipar a los profesionales de la salud para detectar la transmisión local del virus con rapidez e informar de los primeros casos y de posibles complicaciones por infecciones dentro de las primeras 24 horas después del diagnóstico.
La capacidad para realizar pruebas del virus y los protocolos para enviar muestras de sangre al extranjero deben estar en orden y los grupos en riesgo, sobre todo embarazadas, deben ser capacitados para protegerse de la infección, también a través de la transmisión sexual.
«La nueva evidencia publicada hoy nos dice que hay un riesgo de propagación del virus del Zika en la región europea y que ese riesgo varía de país a país», declaró en un comunicado la directora regional de la OMS, Zsuzsanna Jakab.
Jakab señaló que la OMS se dirige especialmente a los países con zona de alto riesgo para que refuercen su capacidad y prioricen las actividades para prevenir un brote mayor.
Hasta 2007 sólo se habían descrito casos esporádicos de la enfermedad del Zika en algunos países de África y Asia, pero en la última década se ha expandido a nuevos territorios dando lugar a brotes epidémicos en varias islas del Pacífico.
Desde el año pasado se ha detectado en una veintena de países de América Latina la transmisión autóctona del virus, que se asocia a un incremento en el número de alteraciones neurológicas en recién nacidos.