El Gobierno de Río de Janeiro informó que la reducción del número de homicidios fue del 71 % si se compara a los datos de 1994, el año más sangriento de las últimas décadas, cuando 4.081 personas fueron asesinadas en esta ciudad de cerca de seis millones de habitantes.
El índice de asesinatos se situó en 18,6 casos por 100.000 habitantes, una cifra similar a la de Washington, según informó la secretaría de Seguridad de Río.
El estudio publicado hoy solo contabiliza los asesinatos, no incluye otro tipo de homicidios, como los que ocurren durante robos, o los cometidos por la policía.
La semana que viene, el Gobierno regional publicará los datos completos, incluyendo también las estadísticas de las ciudades colindantes a Río, que suelen tener peores índices de violencia.
Al presentar los datos, el secretario de Seguridad del Estado de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, atribuyó la reducción de los asesinatos en parte a la política de metas de control de la criminalidad que se ha impuesto el Gobierno regional y al programa de «pacificación» de las favelas.
Este programa, que comenzó a ser implantado de forma gradual a partir de 2008, ha supuesto la instalación de comisarías en decenas de barriadas pobres que, en las últimas décadas, estaban bajo el control de violentas bandas de narcotraficantes.
Como fruto de esta política, la mayoría de las bandas se mudó a favelas de la periferia de Río o de ciudades vecinas, aunque algunas han permanecido en las barriadas de la capital regional y protagonizan conflictos puntuales con la policía.