Las fuerzas rusas saquearon y destruyeron un laboratorio cercano a la central nuclear abandonada de Chernobyl, que se utilizaba para controlar los residuos radiactivos, según informó el gobierno de Ucrania.
El lugar de la peor catástrofe nuclear del mundo cayó en manos rusas en la primera semana de la invasión de ese país, lo que hizo temer que las normas de seguridad dentro de la zona de exclusión pudieran verse comprometidas.
Según una agencia gubernamental ucraniana, el laboratorio formaba parte de un intento financiado por la Unión Europea para mejorar la gestión de los residuos radiactivos, mediante el análisis in situ de muestras de residuos, así como de los envases utilizados para eliminarlos.
La agencia gubernamental también informó de que se habían retirado del laboratorio muestras de radionúclidos —átomos inestables que pueden emitir altos niveles de radiación—. Dijo que esperaba que Rusia utilizara las muestras para «perjudicarse a sí misma, y no al mundo civilizado”.
Este es el último susto que surge del emplazamiento ucraniano que se encuentra cerca de la frontera con Belarús.
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