Al menos 23 niños están entre las víctimas mortales luego de que el expolicía Panya Kamrab, quien portaba una escopeta, una pistola y un cuchillo, entrara a una guardería y disparara, indiscriminadamente a niños y adultos antes de darse a la fuga.
Tras el ataque, Kamrab se dirigió hasta su casa para asesinar a su esposa e hijastro de dos años antes de suicidarse.
Anteriormente, la policía había anunciado que se estaba llevando a cabo una persecución del presunto atacante, y la oficina del primer ministro instó a todas las agencias a atrapar al culpable.
Según información preliminar, el exagente había sido despedido el año pasado por consumo de estupefacientes y, antes del asesinato, había comparecido ante el tribunal por cargos de drogas.
Luego, se dirigió a buscar a su hijo de dos años, pero el niño no estaba allí… entonces empezó a disparar y a apuñalar a la gente en la guardería», según explicó el jefe de la policía local.
El primer ministro de Tailandia, ordenó una investigación urgente sobre el suceso, al que calificó de «estremecedor».
La posesión de armas en Tailandia es relativamente alta en comparación con otros países del sudeste asiático.
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