El presidente interino de Brasil, Michel Temer, rebatió hoy a la mandataria suspendida, Dilma Rousseff; negó que en el país haya habido un golpe de Estado y afirmó que, si está en el poder, es "consecuencia de la Constitución".

«Quiero refutar a quienes todo el tiempo dicen que en Brasil hubo una ruptura constitucional, porque eso no es cierto, porque yo soy producto de la Constitución», declaró al iniciar una reunión con sus ministros y un nutrido grupo de parlamentarios.

Temer incidió en que el proceso que ha llevado a la suspensión de Rousseff de sus funciones para ser sometida a un juicio político que puede acabar con su destitución se realiza dentro de las normas democráticas y no puede ser interpretado como un golpe, como repiten a los cuatros vientos Rousseff y sus partidarios.