Son varios los factores que se unieron para que el terremoto de Turquía sea uno de los más devastadores de las últimas décadas.
La combinación de la intensidad del sismo, su profundidad, su localización geográfica, el tipo de falla que lo generó, su longitud o la potencia de las réplicas magnificaron la tragedia.
Entre los factores que multiplicaron la capacidad destructiva del terremoto está la magnitud la cual cuantifica «la energía que se libera en el sismo» y, a nivel global, «suelen producirse unos dos terremotos de una magnitud parecida al año, aunque la mayoría se producen bajo el océano o en zonas no pobladas». La magnitud más grande registrada desde que se miden los terremotos fue la del que tuvo lugar en Chile en 1960, que alcanzó 9,5 grados en la escala de ritcher.
Aunque lo habitual es que los terremotos vayan seguidos de réplicas de menor intensidad, el segundo terremoto que se sintió en Turquía fue de una magnitud muy parecida, 7,5.
Esto es algo que solo suele ocurrir en el 10% de los casos, explica el sismólogo del University College de Londres, Stephen Hicks, quien recuerda que es imposible saber cuándo o dónde va a ocurrir el siguiente terremoto.
El estado de fragilidad en el que habían quedado muchos edificios contribuyó a nuevos derrumbes con el siguiente sismo, aumentando la tragedia.
El terremoto fue, coinciden los científicos, muy superficial ya que se produjo a tan solo 18 kilómetros de profundidad en la corteza terrestre. Esto provocó que «las vibraciones que salieron del terremoto no perdieron la suficiente energía antes de llegar a la superficie, y eso provocó una agitación extrema en la zona en la que muchos edificios, especialmente los tradicionales de Medio Oriente, no estaban preparados para soportar», según señaló Hicks.
Finalmente, está la capacidad de los edificios para resistir a los sismos. Mientras que en países como Japón o Chile las normas de construcción son muy estrictas debido a la recurrencia de fuertes terremotos, es posible que en Turquía y en Siria muchas construcciones no se adecuaran a la normativa.
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