El exdirector del "Corriere della Sera" Paolo Mieli declaró hoy como testigo en el proceso conocido como "Vatileaks2" y apoyó la publicación de los documentos reservados por parte de los dos periodistas imputados porque, dijo, no ponían en peligro la seguridad o la paz del Vaticano.

La duodécima audiencia de este proceso comenzó a las 09.30 horas locales (07.30 GMT) y duró cerca de una hora y veinte minutos.

En esta ocasión, los jueces escucharon a testigos citados por la defensa del periodista italiano, Gianluigi Nuzzi, imputado junto a Emiliano Fittipaldi por publicar documentos secretos en dos libros, «Via Crucis» y «Avaricia», respectivamente.

Los testigos que comparecieron ante el tribunal vaticano fueron el propio Mieli, actual presidente de la editorial Rcs Libri, y los libreros Marco Bernardi y Paola Brazzale.

Durante la audiencia, Mieli fue preguntado por el abogado de Nuzzi, Roberto Palombi, sobre si existe un límite para el periodista a la hora de publicar documentos de carácter secreto.

En este sentido, Mieli sostuvo que no debe haber límites a menos que los documentos pongan en peligro la paz y la seguridad, o se refieran a hechos gravísimos.

De todas formas, matizo, su publicación debe ser examinada por el director o el editor.

Argumentó que los documentos de carácter financiero filtrados en esta ocasión y por los que se les imputa a Nuzzi y Fittipaldi en el caso «Vatileaks2» no ponían en peligro la paz ni la seguridad del Estado Vaticano y afirmó que si los hubiera tenido en su mano, también los hubiera publicado.

Mieli reconoció que sacar a la luz estos documentos ha podido provocar conmoción pero insistió en que en ningún caso ha afectado a la seguridad y la paz del Vaticano.

Comentó que en estas situaciones, para evitar que el periodista o la publicación puedan hacer chantaje con el uso de documentos secretos que caen en sus manos, es más prudente y honesto publicarlos.

Por su parte, el juez adjunto Venerando Marano preguntó también al testigo si existen criterios de valoración a la hora de publicar un documento del que su filtración está expresamente prohibida, una cuestión a la que Mieli respondió con negativas.

En esta audiencia también declararon los libreros Marco Bernardi y Paola Brazzale, quienes refirieron que Nuzzi y Fittipaldi no se conocían antes del proceso y que Nuzzi ignoraba que Fittipaldi estuviera preparando un libro.

«Es importante que los dos libreros dijeran que ni yo ni Fittipaldi sabíamos nada el uno del otro», dijo Nuzzi a los medios que le esperaban a la salida del Vaticano.

«Es inútil que la acusación hable de diseño común que realizan solo dos personas que se conocen. De otra manera estaríamos hablando de un delito de telepatía», prosiguió.

Las próximas audiencias del proceso han sido fijadas para los días 14, 16 y 17 de mayo, y continuarán con algunos de los testigos llamados a declarar por los abogados de los imputados.