Las ciudades canadienses en la lista son Vancouver (en el quinto lugar), Calgary (empatada en el séptimo lugar con Ginebra) y Toronto (en el noveno lugar), cada una con puntajes perfectos en atención médica y educación. Esos factores atraen a los canadienses, quienes elogian las políticas gubernamentales positivas que mejoran la calidad de vida en esas localidades.
La inversión de Canadá en transporte público y sistemas de tránsito también facilita la movilización por sus grandes ciudades. Falk, quien vivió en Montreal, Calgary y Toronto, no obtuvo su licencia de conducir hasta los 24 años, y un amigo suyo finalmente obtendrá la suya a los 53, simplemente porque no necesitaban un automóvil para desplazarse.
Sin embargo, lo que más les gusta a los residentes es la fuerte conexión que tiene la nación con el aire libre. Incluso fuera de las grandes ciudades, el enfoque en la naturaleza sigue siendo una característica destacada.
Vancouver, por ejemplo, se destacó como la ciudad más habitable de Canadá gracias a puntajes altísimos en el subíndice de cultura y medio ambiente, superada solo por Auckland (Nueva Zelanda) en el top 10. Ese es un sentimiento que comparten los residentes, quienes están impresionados por la belleza natural.
Mientras que, Toronto, con una puntuación perfecta en la subclasificación de estabilidad, mantiene una sensación de seguridad que permite a las personas sentirse cómodas ya sea caminando, tomando el transporte público o en bicicleta.
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