«Me planteaba viajar a Puerto Rico en mayo, pero reconozco que me da miedo todo lo que se oye del zika. Estoy tratando de quedarme embarazada y me da pavor imaginarme que por una simple escapada mi futuro hijo pudiera tener microcefalia», explicó a Efe Carla Latorre, residente en Nueva York y que finalmente se decidió a visitar Nueva Orleans.
El secretario general de la Organización Caribeña del Turismo (CTO), Hugh Riley, aseguró sin embargo a Efe que por el momento las grandes empresas operadoras de turismo no han reportado cambios significativos en la demanda de sus productos en la región a causa del zika.
«Es usual que la industria observe con detenimiento lo que ocurre y ofrezca promociones que estimulen las ventas cuando sea necesario», dijo Riley respecto a la observación de que en los últimos meses se ha registrado un abaratamiento de los billetes de avión con destino a la región.
Sin embargo, añadió que «en estos momentos no tenemos ninguna información que sugiera que hay un factor (como el zika) que esté provocando el lanzamiento de alguna promoción en particular» y defendió que la bajada de precios responde al incremento de la oferta en una región que «está viendo crecer el interés por parte de viajeros internacionales».
A finales de enero, tras darse a conocer los primeros casos del virus en islas como Puerto Rico, Barbados, Jamaica, Trinidad y Tobago, varias aerolíneas y cadenas hoteleras ofrecieron cambios en pasajes e incluso en algunos casos reembolsos a mujeres embarazadas que tuvieran planificado viajar a estos territorios.
Portavoces del CTO así como de la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe consultados a Efe explicaron que el nicho de mercado que más se podría ver perjudicado es el conocido como el de las «babymoons» (lunas de miel para embarazadas).
Hasta la fecha, el CTO no tiene disponible información de cómo este virus nuevo en la región, que se transmite por el mosquito Aedes aegypti, el mismo del dengue y el chikunguña, ha afectado a la industria y asegura que es pronto para sacar conclusiones.
Sin embargo, la preocupación es palpable en las islas más afectadas, como Puerto Rico, donde el viernes se confirmó la muerte de un hombre de 70 años que en febrero acudió al hospital con fiebre y a las 24 horas había muerto por una drástica reducción de plaquetas en sangre provocada por el virus.
El Gobierno de Puerto Rico está llevando a cabo una campaña de comunicación para tratar de transmitir al exterior que es seguro viajar a la isla.
Ya antes de que se conociera esa primera muerte vinculada directamente al zika, la directora de la Compañía de Turismo de Puerto Rico, Ingrid Rivera Rocafort, difundió un comunicado explicando que «hasta la fecha, menos de la mitad del 1 % de nuestra población se ha visto afectada por el virus».
«Estamos haciendo todo lo posible para proteger a los visitantes de nuestra isla y asegurar que puedan disfrutar de unas vacaciones libres de temores», dijo, tras recordar que, «como isla tropical en el Caribe», Puerto Rico tiene amplia experiencia lidiando con mosquitos y las enfermedades que transmiten.
«Por ello, los visitantes pueden tener la confianza de que estamos empleando esa experiencia para trabajar en la protección del bienestar de todos los que nos visitan», apuntó.
Para explicar los bajos precios que se ofertan para viajar al Caribe, las organizaciones y empresas consultadas por Efe apuntan a otros factores, como el abaratamiento del petróleo, el principal coste de las aerolíneas.
Por ejemplo, recientemente la aerolínea LIAT, que vuela diariamente a más de una veintena de destinos del Caribe, anunció la eliminación de los cargos por combustible en el precio de sus pasajes.
La Agencia de Salud Pública del Caribe -que realiza pruebas de diagnóstico del zika para sus Estados miembros-, ha confirmado hasta el momento casos de este virus en una quincena de territorios de la región.
Aún no existe ninguna vacuna para prevenir el contagio del zika, ni medicinas específicas para tratar la enfermedad, que en cuatro de cada cinco casos no presenta síntomas y, en general, no tiene efectos importantes en las personas contagiadas.