Además, lo hace en medio de fuertes divisores partidarias y un fracaso por resaltar a la hora de evaluar las fortalezas posteriores a las elecciones.
En general, el 44% de los encuestados aseguró que aprueba la manera en que Trump ha manejado la presidencia, en contraste con un 54% que lo desaprueba. Cifras muy similares a las que registraron los dos sondeos previos de CNN/ORC, que se realizaron después de su toma de posesión.
Sin embargo, ese 44% pone a Trump en el último lugar de los niveles de aprobación que han recibido los presidentes recién elegidos durante sus primeros 100 días, desde que empezó la era moderna de las encuestas: una tendencia que se remonta a Dwight Eisenhower. Y el magnate ocupa esa posición con un amplio margen de 11 puntos frente al penúltimo lugar ostentado por Bill Clinton.
La encuesta encontró que los niveles de favorabilidad de Trump decayeron por la manera en que manejó dos asuntos que han sido prioritarios desde que asumió el cargo: asistencia en salud e inmigración. Cerca de 6 de cada 10 estadounidenses desaprueban la manera en que el mandatario se ha hecho cargo de esos asuntos. Además, en ambos casos la tendencia se ha inclinado hacia el lado negativo desde principios de marzo.
Aun así, sus números se han mantenido firmes en lo que concierne a su modo de tratar las relaciones exteriores, la seguridad nacional y el papel de comandante en jefe, después de tomar varias decisiones de alto perfil en estos temas durante el último mes. Evaluando el uso general que le ha dado al Ejército, una mayoría del 52% asegura que lo ha hecho responsablemente desde que asumió el cargo.
Dos indicadores en el progreso del país también mostraron signos de mejoría desde que Trump maneja el timón. El 54% de los encuestados sostienen ahora que las cosas en el país están andando bien, porcentaje que aumentó frente al 46% registrado en febrero. Esa cifra coincide con la subida de 54% alcanzada en octubre del año pasado.
En la misma línea, casi 6 de cada 10 personas que participaron en el sondeo indican que las condiciones en Estados Unidos son buenas, un repunte comparado con el porcentaje de mediados de enero y que representa la marca más alta para esa pregunta desde mayo de 2007.
Ahora, detrás del incremento general en estos números hay agudos cambios partidistas, con el hecho de que la valoración positiva frente a los demócratas ha caído desde que el expresidente Barack Obama salió de la Casa Blanca, mientras que la porción de los republicanos en este sentido ha crecido rápidamente.
Pero, a lo largo de las preguntas, persisten las mayorías con una impresión negativa sobre la manera que en Trump ha manejado la presidencia hasta ahora.
La mayoría asegura que el mandatario no le ha prestado la suficiente atención a los problemas más importantes de Estados Unidos (55%), así como que no está trabajando lo necesario para ser eficiente (51%). También coinciden en que el trabajo de Trump ha sido malo a la hora de construir un equipo de asesores principales en la Casa Blanca (56%) y en mantener las promesas de su campaña (52%).
Más a fondo, el 61% sostuvo que los líderes mundiales no tienen mucho respeto por el magnate y el 52% consideró que su aproximación ha puesto innecesariamente en riesgo a Estados Unidos.
Ahora, mirando hacia adelante, cerca de un tercio de los adultos dice que no están seguros de que su juicio actual frente a Trump se mantenga (incluyendo un 20% de los que actualmente desaprueban y un 11% de los que aprueban). Eso sugiere que hay espacio para que el presidente gane terreno. Sin embargo, muy poco en esta encuesta indica que haya logrado atraer a nuevos partidarios desde que asumió el cargo, el 20 de enero.
La favorabilidad de Trump está estancada y es negativa: el 45% de los encuestados tiene una opinión favorable contra el 53% que es desfavorable.
Simultáneamente, los números del mandatario sobre sus atributos personales clave disminuyeron luego de un impulso posterior a las elecciones, que parece ser lo más cercano que Trump ha tenido a una luna de miel. Apenas el 37% considera que sea honesto, frente al 41% que registró en noviembre pasado.
Además, cayó 6 puntos porcentuales en la percepción de ser un eficaz gerente del gobierno (pasó de un 50% al 44%). También perdió 5 puntos en el hecho de que esté uniendo al país (de 43% a 37%) y bajó otros 4 puntos en empatía (del 46% al 42%). Y lo que antes era una división sobre si Trump es capaz de traer el cambio que Estados Unidos necesita, ahora se inclina a una estrecha percepción negativa: el 51% dice que no puede, mientras el 48% asegura que sí puede.
Son menos las personas que ahora dicen tener una profunda confianza en Trump para manejar la economía (35% actualmente frente al 40% de noviembre) o que él nombra a las mejores personas para ocupar cargos (27% frente a un 32% anterior). Aún así, la confianza se ha mantenido más o menos firme en el manejo que el mandatario pueda darle a los asuntos exteriores (27% ahora y en noviembre) y en el liderazgo real en el país (31% frente al 33% de noviembre).
Las divisiones políticas y demográficas que caracterizaron la campaña presidencial de 2016 se han endurecido y así lo demuestran los abismos de las percepciones frente Trump: el 85% de los republicanos aprueba, mientras que sólo el 8% de los demócratas están de acuerdo.
En cuánto al género, la mayoría de los hombres, el 51%, aprueba, mientras que sólo el 38% de las mujeres lo hace.
Por su parte, los blancos en general aprueban (52%) y los no blancos, en su mayoría, desaprueban (68%). Sin embargo, entre los blancos hay una profunda brecha en la opinión que tienen si se toma en cuenta su educación: el 59% de los que no tienen diplomas universitarios dice aprobar frente al 38% de los blancos que tiene al menos una licenciatura. En las zonas rurales, el 58% aprueba, pero sólo el 33% de los urbanos aprueba.
La fortaleza general de Trump entre los republicanos oculta algunas calificaciones que han bajado entre su propio partido. Mientras que la mayoría de los republicanos continúa teniendo opiniones positivas del presidente sin importar la pregunta, gran parte de la disminución que registró Trump en varios de los puntos de la encuesta se debe a una caída entre sus partidarios.
En noviembre, el 82% de los republicanos dijo que tenía mucha confianza en Trump para manejar la economía: esa cifra cayó 10 puntos.
Del mismo modo, la confianza del Partido Republicano en la capacidad de Trump para nombrar a las mejores personas en algunos cargos cayó 13 puntos, mientras que la confianza en su capacidad para proporcionar liderazgo bajó 9 puntos. El porcentaje de republicanos que piensan que Trump unirá el país ha caído del 81% al 68%, así como el hecho de que él puede manejar eficazmente el Gobierno (del 93% al 85%), y de que él cuida de gente como usted (del 91% pasó al 81%).