Más de 1.000 refugiados, según la Policía griega, han encontrado cobijo hasta ahora en el campamento de residencia temporal en Idomeni, donde reciben alimentos y pueden resguardarse del frío en tiendas de campaña climatizadas.
Otros 500, en cambio, se han instalado en el parking de una estación de servicio, a 12 kilómetros de la frontera, sin protección ninguna contra las bajas temperaturas y la nieve.
ARYM cerró la noche de martes la frontera con Grecia a los refugiados, después de que Eslovenia pidiera a todos los países de la llamada Ruta de los Balcanes reducir el tránsito de personas tras sufrir un problema en sus vías ferroviarias.
El Gobierno de Skopje anunció que volvería a reabrir hoy el paso, pero solo a aquellos refugiados que dispongan de un certificado en el que diga que su destino final es Austria o Alemania.
Un portavoz de la Policía griega confirmó a Efe que las autoridades griegas están entregando a los refugiados sirios, iraquíes y afganos «una carta en la que se precisa que su destino final es, según la declaración del portador, uno de estos dos países europeos».
Eso ha llevado a que estas personas estén ya cruzando la frontera sin problemas, precisó.
Desde el pasado noviembre las autoridades macedonias permiten la entrada en el país de los ciudadanos procedentes de Siria, Irak y Afganistán y deniegan de antemano el paso a todos los considerados migrantes económicos.