Los casos probados de asesinatos, mutilaciones y reclutamiento de menores han aumentado de forma brusca en medio de una escalada de la violencia en el país, dijo el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en un comunicado enviado este lunes.
Los números son alarmantes:
Al menos 652 niños fueron asesinados, un aumento del 20% con respecto a 2015, convirtiendo al 2016 en el peor año para los niños sirios desde que se comenzaron a verificar formalmente las víctimas menores, en 2014.
255 niños perdieron la vida cerca o dentro de una escuela.
Más de 850 niños fueron reclutados para luchar en el conflicto, más del doble del número de menores reclutados en 2015. Los niños son reclutados para participar directamente en el combate, y, en casos extremos, como guardias de prisiones o atacantes suicidas.
Se registraron al menos 338 ataques contra hospitales y personal médico.
«La magnitud del sufrimiento no tiene precedentes. Millones de niños de Siria son víctimas de ataques a diario, sus vidas han dado un vuelco», dijo Geert Cappelaere, director regional de Unicef para Medio Oriente y el Norte de África, desde la provincia siria de Homs.
«Cada niño está marcado para el resto de su vida con consecuencias horribles para su salud, bienestar y futuro».
Según Unicef, «los más vulnerables de los niños sirios son los 2,8 millones en zonas de difícil acceso, incluidos 280.000 que viven bajo asedio, casi completamente aislados de la ayuda humanitaria».
Después de 6 años de guerra, casi 6 millones de niños dependen ahora de la asistencia humanitaria.
Millones de menores fueron desplazados de sus hogares. Más de 2,3 millones de niños viven ahora como refugiados en Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e Iraq.