Los encuentros con menor afluencia de gente fueron coincidencialmente en el estadio Citrus Bowl de Orlando. El empate sin goles entre Costa Rica y Paraguay y la victoria panameña 2-1 ante Bolivia no llegaron ni a los 15.000 aficionados, en un estadio para más de 70.000.
El Levi’s Stadium ha visto los encuentros de más alta expectativa y afluencia de público, con el inaugural entre Estados Unidos y Colombia y el duelo entre Argentina y el último campeón, Chile. La capacidad estuvo cerca de completarse, pero aun así no se llenó por completo.
La percepción de estadios vacíos aumenta por el tamaño de los escenarios. Por ejemplo, en el partido entre Brasil y Ecuador asistieron 53.158 aficionados, en un escenario con capacidad para más de 90 mil. Es decir, ni el 60% de las gradas estuvieron llenas, aunque se considera una buena afluencia de público.
El diario Chicago Tribune ironizó sobre el cotejo entre Jamaica y Venezuela, que se disputó en el Soldier Field y al que asistieron 25.560 espectadores.
“Para alcanzar esa cifra deben haber multiplicado por 2 o por 3 cada uno de los asistentes al encuentro”, escribió el diario. El comité organizador de la Copa América Centenario se muestra optimista de cara a los siguientes encuentros y sobre todo a las rondas decisivas de cuartos de final, semifinal y final. En esos duelos se espera que los escenarios deportivos se llenen por completo.
En esta edición del torneo de selecciones más antiguo del mundo se prevé que se supere el récord de asistencia histórico, que lo tiene la edición de 1979 con 1’168.000 espectadores en los 25 partidos que se disputaron. Ese torneo tuvo una particularidad, pues no contó con una sede fija y cada selección era local en su país.
Además se disputaron llaves de ida y vuelta en una copa que duró 5 meses, entre julio y diciembre de 1979. Por ese motivo se incrementó la cantidad de partidos. Para la Copa Centenario se habían vendido, hasta antes de su inicio, un millón de entradas. Por esa razón la organización confía en superar a la del 79, conforme se desarrolle la competencia. El poco interés es de los ciudadanos estadounidenses, pues la mayoría de aficionados de la Copa son hispanos o inmigrantes que respaldan a sus selecciones.
Otro factor que ha influido para las bajas asistencias en algunos escenarios es el precio de las entradas. Los boletos más baratos se encuentran entre $ 40 y $ 50, mientras que los más altos se los consigue entre $ 350 y $ 600, como se establecieron para el choque entre argentinos y chilenos en Santa Clara, California. Las expectativas creadas alrededor del torneo no se han cumplido en su totalidad y la prensa de Estados Unidos mira de reojo a una posible candidatura para el Mundial de 2026.
Para la US Soccer, el torneo continental representa la oportunidad para observar el comportamiento de los aficionados en todo el país y analizar la candidatura para optar por otra Copa del Mundo, luego de la de 1994. Algunos medios locales indican que no es mayor problema la venta de los boletos para los enfrentamientos de las grandes selecciones como Brasil o Argentina, además de los de México por la gran cantidad de aficionados de ese país que residen en Estados Unidos. La dificultad radica en los duelos de las selecciones menores y sin mucha trascendencia en el torneo.
Aquello ha quedado demostrado en los partidos de poca asistencia en la primera fecha de la fase de grupos. El promedio de espectadores es el reflejo del bajo interés por la Copa América Centenario, que pretende establecer al fútbol como un deporte masivo entre los estadounidenses. Por ahora, eso no se ha conseguido y se espera que en los próximos cotejos, la calidad mejore, así como la asistencia. (I)