La explosión en la que el sábado fallecieron en Oruro (Bolivia) al menos seis personas y otras 28 resultaron heridas provocó escenas de horror en el lugar en que se produjo, cerca del recorrido de un multitudinario carnaval, según relataron testigos presenciales.

EFE

«Hay niños por partes, que recogieron», esparcidas en el lugar, manifestó a Efe Iván Fernández, cuya madre fue trasladada malherida a un hospital de esta ciudad del altiplano andino, de unos 285.000 habitantes. Según la Policía Boliviana, cuatro de los fallecidos son niños y la explosión pudo producirse de forma accidental por una garrafa de gas en un puesto ambulante de comida.

«La señora, la chicharrera, partida en dos», declaró este testigo en alusión a la vendedora en cuyo puesto de comida pudo ocasionarse la explosión, según la hipótesis inicial que maneja la Policía.

Fernández lamentó que «había mutilados, sin cabeza, una tragedia total». Una comerciante que estaba en el lugar, Silvia Paco, aseguró a los medios de comunicación que en el lugar del suceso estaba «todo quemado», con gente que quedó «sin pies, sin manos, todo pura sangre».

La mujer afirmó entre sollozos que algunos de los heridos deambulaban tan desorientados «que parecían borrachos». «El suelo estaba lleno de vidrio, un desastre», comentó la vendedora, que atribuyó a su fe cristiana el haberse salvado, «gracias a Dios».

La explosión pudo producirse en un puesto ambulante de comida cuando al derramarse aceite de una sartén sobre la manguera de una garrafa de gas se ocasionó una fuga, según señaló a medios de comunicación el comandante de la Policía Boliviana en el departamento de Oruro (oeste), Romer Raña.

Fuente: El Telégrafo