El anuncio ruso llegó en un momento en que la ONU y varias potencias occidentales demandaban la aplicación inmediata de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada el sábado, para establecer «cuanto antes» una tregua de 30 días en toda Siria.
Aunque en las últimas 48 horas se redujo la intensidad de los bombardeos del ejército sirio contra el enclave rebelde de Guta Oriental, al este de Damasco, la campaña aérea ya dejó más de 550 civiles muertos desde el 18 de febrero.
«Por orden del presidente de Rusia [Vladimir Putin], para evitar víctimas entre la población civil de Guta Oriental, a partir del 27 de febrero entre las 09:00 y las 14:00 [locales] se declara una tregua humanitaria diaria», dijo el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, citado por las agencias rusas.
«Cinco horas es mejor que nada, pero nos gustaría que el cese de las hostilidades se prolongue durante 30 días, como estipuló el Consejo de Seguridad», reaccionó el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric. Rusia también anunció que se crearán «corredores humanitarios» para permitir la evacuación de civiles. «Las coordenadas están a punto y las haremos públicas en breve», indicó.
Este lunes, el régimen de Bashar al Asad volvió a llevar a cabo ataques aéreos y disparos de artillería contra el enclave asediado de Guta Oriental, matando a 22 civiles, siete de ellos niños, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
«Los bombardeos contra Guta se interrumpieron a las 16:00 [14:00 GMT] y se reanudaron al inicio de la noche de forma limitada», dijo a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. «Los disparos de artillería continuaron no obstante contra la región de Al Marj», donde se registraron combates entre el grupo rebelde Yaish al Islam y las fuerzas prorrégimen, añadió. Según el ministerio ruso de Defensa, la situación en Guta Oriental «seguía escalando».
Refugiados en sótanos
Poco antes del anuncio de Moscú, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, había pedido que la resolución sobre la tregua se aplicara «inmediatamente». «Ya es hora de acabar con ese infierno», insistió.
Esta campaña contra Guta Oriental del régimen de Damasco -apoyado militarmente por Moscú- es de una violencia inusitada, incluso para un país arrasado desde 2011 por un conflicto que ha dejado ya unos 340.000 muertos y una profunda crisis humanitaria. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció este lunes los «mataderos de seres humanos» en Siria.
Por su parte, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, también llamó a aplicar «inmediatamente» la tregua de 30 días. Y el presidente francés, Emmanuel Macron, expresó este lunes su «gran preocupación» ante esos persistentes bombardeos. El grupo rebelde Faylaq al Rahman criticó la iniciativa rusa.
«Forzar a los civiles a partir o a enfrentarse a la muerte bajo las bombas y el asedio constituye un crimen ruso que hay que denunciar», tuiteó este lunes un portavoz del grupo. Entretanto, en Guta Oriental las dramáticas escenas se repiten a diario.
Familias enteras están refugiadas en sótanos para escapar al diluvio de fuego, mientras los socorristas apenas dan abasto, y los heridos, entre ellos muchos niños, ocupan las escasas camas de atiborrados hospitales.
En las calles, las fachadas de los edificios, algunos de varios pisos de altura, parecen destripadas, mientras que las calles están repletas de escombros y restos calcinados de automóviles. «Esta tregua no tiene sentido, es una propuesta condenada al fracaso», consideró Abu Adnan, un residente de Guta Oriental.
«Los rusos forman parte de la batalla, no podemos confiar en ellos». La relativa calma, no obstante, llega en un contexto de nuevas sospechas de que el régimen recurrió a las armas químicas. El domingo, el OSDH informó de 14 casos de asfixia, entre ellos un niño que falleció en una localidad de Guta bombardeada por el régimen.
Fuente: El Telégrafo