Las conversaciones se centran en detalles de la promesa de China, hecha el 19 de mayo, de reducir su superávit comercial con Estados Unidos, que alcanzó un nivel récord de 375.200 millones de dólares en 2017.
El presidente Donald Trump puso en duda el status de las negociaciones al reiterar días atrás su amenaza de elevar los aranceles a productos chinos por un valor de 50.000 millones de dólares, después de quejas de que Beijing presiona a compañías extranjeras a entregar tecnología.
Los analistas del sector privado dicen que aunque Beijing se ha mostrado dispuesto a hacer concesiones en su superávit comercial, va a resistirse a cambios que puedan amenazar sus planes de transformar a China en un competidor global en tecnología.
Los dos gobiernos no dieron a conocer un calendario para las conversaciones, pero China dijo previamente que Ross estaría en Beijing hasta el lunes.
Los reporteros vieron a Ross fuera de su hotel al mediodía del sábado, pero no respondió a sus preguntas antes de subir a un automóvil y partir. Ross iba a tener una cena el sábado por la noche con el viceprimer ministro Liu He en Beijing. Ross tenía previsto encontrarse con Liu de nuevo el domingo.
China ha prometido “aumentar significativamente” las compras de productos agrícolas, energéticos y otros productos y servicios. Sin embargo, Beijing ha resistido la presión para prometer un objetivo específico de reducir su superávit anual con Estados Unidos en 200.000 millones de dólares.