Tras su triunfo, López Obrador prometió cambiar la actual estrategia militar para combatir a los cárteles de las drogas y la violencia.
“Más que el uso de la fuerza atenderemos las causas que originan la inseguridad”, dijo en su primer mensaje tras conocerse los resultados oficiales preliminares, al referirse a la desigualdad y la pobreza, aunque no especificó detalles. Agregó que elaborará un plan de reconciliación en el país.
El 2017 fue el año más violento desde que se tienen registros con 25.324 homicidios, según cifras oficiales. La campaña electoral dejó 145 políticos asesinados en menos de un año.
“Los grupos criminales se siguen peleando por el control de los cultivos de amapola, de la distribución de la heroína y creo que la violencia no va a mermar por un buen rato”, dice el exagente de la DEA Mike Vigil, afirmando que una nueva estrategia es urgente. Vigil llama a capacitar a las policías locales y combatir la corrupción entre los gobernantes que han permitido la explosión del crimen.
“Tiene que atacar a todo el grupo desde arriba hasta abajo, a la gente que está metida en la corrupción, que está protegiendo a estos grupos criminales”.
Tema que más rabia y hartazgo generan entre los mexicanos, la corrupción fue una parte vital de las campañas electorales y el eje por el cual López Obrador construyó su candidatura.
Este domingo se reiteró que su gobierno se concentrará en “combatir la corrupción” , aunque no dio detalles de cómo lograrlo.
El gobierno saliente se vio manchado por escándalos que incluso salpicaron al propio presidente Enrique Peña Nieto como la casa que su esposa compró a un contratista del gobierno, un cuadro que provocó que el PRI terminara repudiado en las urnas. “Hay una mucho más alta percepción de más corrupción.
Nadie puede decir cuánto, pero tuvimos escándalos que involucraban al señor presidente y a su esposa, a secretarios de Estado”, recuerda Arturo Sánchez, académico del Tecnológico de Monterrey.