El sismo con una magnitud de 5,9 golpeó la tarde del sábado a 30 kilómetros (19 millas) del sureste de Ohara a una profundidad de 39 kilómetros (24 millas), informó el Servicio Geológico de Estados Unidos. La Agencia Meteorológica de Japón dijo que la intensidad fue de 6,0.
Las pistas de aterrizaje del aeropuerto Narita, en el oriente de Tokio, fueron cerradas brevemente tras el sismo, pero al poco tiempo se reanudaron los vuelos, informaron Kyodo, la agencia de noticias de Japón, y la transmisora pública NHK.
Japón está sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico y es propenso a terremotos y erupciones volcánicas.
Lluvias y evacuación
Las lluvias torrenciales que caen desde hace varios días en el sur y oeste de Japón dejaron al menos 30 muertos, según las autoridades, que ordenaron el sábado la evacuación de casi dos millones de personas mientras el canal público menciona un balance mayor de víctimas.
El canal público NHK dio un reporte de 49 muertos y 48 desaparecidos hasta el anochecer el sábado (hora de Japón). Otros medios locales también tienen informes con números similares de víctimas.
Las lluvias causaron crecidas excepcionales, deslizamientos de tierra e inundaciones, dejando atrapados a numerosos habitantes, a pesar de las órdenes de evacuación de las autoridades locales para 1,9 millones de personas, según informaron las autoridades.
Los medios locales anuncian que el balance de víctimas podría ser mucho mayor por estas precipitaciones récord registradas en varias regiones (Hiroshima, Kioto, Okayama, etc.).
La prefectura de Hiroshima cuenta con el mayor número de muertos, 23 en total según NHK, aunque las provincias de Aishi y Okayama también se vieron duramente afectadas.
«Nosotros estamos esperando que el número de víctimas aumente porque solo hemos recibido una parte de las informaciones», indicó a la AFP un responsable de la sección de gestión de desastres de la prefectura de Ehime, otra entidad preocupada por el balance final de estas lluvias.
Unos 48.000 integrantes de los equipos de bomberos, de la policía y de las Fuerzas de Autodefensa (nombre del ejército japonés) fueron desplegados en las zonas afectadas pero afrontan grandes dificultades por los problemas de acceso en algunos lugares de zonas de campos.
El primer ministro Shinzo Abe calificó la situación de «extremadamente grave» y ordenó el despliegue de todos los medios posibles para salvar vidas.
El servicio de meteorología situó en alerta máxima varias regiones, advirtiendo que había grandes riesgos de daños más importantes.
Los equipos de emergencia por su parte intentaban salvar a vecinos refugiados en los tejados de sus casas.
«Se impone la máxima vigilancia», no cesaban de repetir los servicios meteorológicos, mientras que el gobierno puso en marcha una célula de crisis.
Fuente: El Universo