La mujer, ciudadana rusa, trabajó para el Servicio Secreto de los Estados Unidos durante años antes de que levantara sospechas durante una de las revisiones rutinarias de seguridad de la oficina de seguridad regional del Departamento de Estado en 2016, dijo el funcionario.
La oficina de seguridad descubrió que la mujer estaba teniendo reuniones regulares y no autorizadas con el servicio de inteligencia ruso, el FSB.
The Guardian informó primero la noticia.
«Nos damos cuenta de que todos ellos están hablando con el FSB, pero les estaba dando más información de la que debería», dijo el funcionario.
La oficina de seguridad regional alertó a la embajada en enero de 2017 y la mujer fue despedida el verano pasado, después de ser sorprendida in fraganti, dijo el funcionario.
«Sabíamos que estaba sucediendo y fue solo un proceso de dejar que pasara y darle información específica que la vimos llevar al FSB», dijo el funcionario.
La mujer tenía acceso a los sistemas de intranet y correo electrónico del Servicio Secreto, pero el funcionario dijo que «esto no era un problema de seguridad nacional».
«No tenía acceso a información altamente clasificada», dijo el funcionario.
Una persona familiarizada con este caso dice que la mujer en cuestión fue contratada por el Departamento de Estado, pero trabajó para el Servicio Secreto como parte de su labor en la embajada. Todos los ciudadanos extranjeros son técnicamente empleados por el Departamento de Estado, que los investiga y los contrata, y luego las diferentes agencias les asignan trabajo.
El Departamento de Estado declinó hacer comentarios y dijo que «no hacen comentarios sobre las denuncias relacionadas con asuntos de inteligencia o personal, y no tenemos información sobre este presunto incidente».
El Servicio Secreto dijo en un comunicado el jueves que en ningún momento la mujer estuvo en condiciones de obtener secretos de seguridad nacional.
Fuente: CNN en Español
