Los migrantes aseguran que quieren mejorar su calidad de vida y la de sus familiares, sin embargo, legalizar su tránsito por Ecuador se convirtió en una odisea. Hay ciudadanos que llevan más de tres días intentando sellar sus documentos.
En el brazo derecho les colocan brazales y números, lo que indica el turno en el que serán atendidos. Los funcionarios migratorios trabajan a su mayor capacidad, pero debido a la cantidad de gente se generan momentos de desesperación.
Estefanía Herrera viaja junto a sus dos hijas y una hermana con destino a Perú, donde le espera su esposo que emigró hace un año. “No nos queda de otra que salir de Venezuela, en mi país no hay medicamentos, ni alimentación y no queremos seguir así”.
El número de venezolanos aumentó en estos últimos días. En Venezuela terminó el año escolar y este sería uno de los motivos de la presencia masiva. “Tuve que esperar que mis hijas terminaran la escuela para ir por ellas. En Perú serán aceptadas en el sistema educativo”, comentó Oliana Sánchez.
A la culminación del año escolar se sumó la entrega de transporte gratuito por parte del Municipio colombiano de Cali. Viajan con el dinero justo, incluso hay migrantes que salieron de su país con recursos limitados y se ven obligados a caminar. Un grupo de siete jóvenes empezará su recorrido a pie hasta el país sudamericano.
El movimiento migratorio de ciudadanos venezolanos por Rumichaca se extendió durante toda la noche del lunes y la madrugada del martes y miércoles. Maletas y mantas sirven de colchón mientras esperan su turno.