El Ministerio de Cultura y Patrimonio expresó su solidaridad a familiares y amigos. Magdalena, que junto con Gloria y Rosa Elena integraba el grupo, recuperó con su voz la música tradicional del norte de la provincia andina de Imbabura (norte), «volviéndose parte del patrimonio del país», indicó.
María Magdalena falleció a los 77 años por complicaciones ocasionadas por la diabetes, a las 07:00 de este viernes 14 de septiembre, según informó su hijo Santiago Méndez.
«Se debió a complicaciones de diabetes que ocasionaron que una de sus piernas deba ser amputada, intervención que no resistió, sufrió un paro cardiaco», informó el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. María Magdalena, junto a sus hermanas (Gloria Piedad y María Margarita), nació en la Comunidad de Chalguayacu (El Juncal), Cantón Pimampiro, provincia de Imbabura.
Las Tres Marías provienen de una familia de músicos; su padre, integrante de la banda mocha, les heredó el gusto musical, crecieron envueltas en los sonidos, principalmente de la bomba. Las Tres Marías empezaron cantando en un festival en el Juncal y con el paso del tiempo fueron combinando este arte con las actividades cotidianas que realizan para vivir.
Dedican su vida a la música, porque este tradicional oficio es también un modo de expresión que forma parte de la memoria colectiva. En octubre del 2014, fueron reconocidas, por el Ministerio de Cultura y Patrimonio, como Patrimonio Vivo del Ecuador, a propósito de la conmemoración del Día del Afro ecuatoriano.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, entregó el pasado mes de julio de 2018 en el marco de la conmemoración de los 40 años de esta entidad, un reconocimiento en la categoría Portadoras de Saberes, a estas tres mujeres que contribuyen al fortalecimiento y salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador.
Las Tres Marías tienen una trayectoria musical de 60 años. Uno de los primeros pasos que dieron con su música fue en el 2013, cuando formaron parte del disco De Taitas y de Mamas, las leyendas vivas del origen. Fue allí cuando se consagraron a nivel nacional como un legado cultural y patrimonial único en el país.
Fuente: El Telégrafo