En una declaración televisada, Philippe consideró que «ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación», y adelantó que también se suspende el endurecimiento de la inspección técnica de vehículos, otra de las demandas originales del movimiento.
«Esta cólera, que viene de lejos y durante mucho tiempo ha estado muda, hoy se expresa con fuerza y de forma colectiva. Habría que estar sordo y ciego para no verla y escucharla», señaló el primer ministro, quien dijo que se abrirá un diálogo nacional para revisar por completo el sistema fiscal francés.
Las medidas anunciadas por el Gobierno francés sacaron a la calle a miles de personas organizadas en un movimiento bautizado como «chalecos amarillos», que desde mediados de noviembre de 2018 bloquean carreteras en todo el país y en los últimos semanas han derivado en incidentes violentos en la capital París.
El movimiento recibe el nombre de los chalecos reflectantes, es amplio y difuso y no está impulsado por ningún partido o sindicato.
Fuente: El Comercio – Nota original: Link