Los agentes interceptaron las llamadas de los uniformados y revelaron que el tráfico de armas y municiones para los disidentes era solo una parte de las operaciones ilícitas. Con base en códigos y jerga, los militares también hablaban de traficar droga y planeaban comprar una hacienda. La única condición era que la propiedad tenga una pista de aterrizaje “para que puedan llegar las avionetas”.
Porque si querían construir recién la pista eso “llamaría la atención”. Así consta en la sinopsis de los diálogos, incluida en el expediente fiscal, que es público. La propiedad que buscaban no era para ellos. Más bien, querían adquirirla para “los mexicanos”, quienes a cambio de su ayuda les darían dinero.
En una parte de la conversación se escucha lo siguiente: “Que si se ‘corona’ la comisión es del 3%. Esto significa USD 500 000, que el ‘Gordo’ tiene que dividir”, agrega un de los sospechosos.
Las conversaciones sobre la compra de una hacienda se desarrollaron entre el 14 y el 19 de septiembre. Sin embargo, todo el proceso de interceptación de comunicaciones se inició en agosto y terminó a inicios de octubre pasado, cuando fueron capturados los siete militares y los seis civiles.
En una parte del diálogo, uno de los detenidos explica que hay dos haciendas en venta: en Tosagua (Manabí) y en Babahoyo (Los Ríos). Esta última costaba USD 19 millones. “Es grande y completa”, dicen.
Un interlocutor le pide que le envíe todos los datos a través de un mensaje de voz para enviarle a su contacto.
Durante seis días, los sospechosos hablan sobre la hacienda y buscan opciones. Otra propiedad que reunía las características que buscaban está cerca de Quevedo, también en Los Ríos. Este bien valía USD 10 millones, pero los permisos para la pista estaban caducados. Hablan de “solucionar lo de los permisos” y que después van a llamar a los mexicanos. Dicen que la hacienda “es inmensa, es una bananera y allí se puede ocultar la avioneta y que también tienen gente que controla el GPS de la avioneta”.
Otras conversaciones se centran en el tráfico de drogas. Por ejemplo, un militar que fue detenido en el Fuerte Huancavilca, en Guayas, le pregunta a una persona identificada como alias ‘Gato’ si tiene “esas notas” (droga). Explica que necesitan 120 kilos y que quiere saber el precio, “pero del Johnny Especial, el que se va (de exportación)”.
Alias ‘Gato’ le responde que ese tipo de droga cuesta entre USD 1 400 y USD 1 500 el kilo y que ese precio es porque ellos lo producen. El militar le dice que primero quiere una “botella” de prueba, pero para ese mismo día. Alias ‘Gato’ le comenta que el cargamento lo tiene en el campo, como a cinco horas de viaje.
Luego, el militar aparece en otro diálogo con un sospechoso. Allí hablan de que sus contactos no quieren esperar muchos días para conseguir la droga “porque ya se va el buque”. Todos estos datos ahora están en poder de la Fiscalía y se rastrean más pistas.
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK