El cabo primero Ángel Mauricio Acevedo Torres fue raptado el lunes en el municipio de Villa del Rosario, departamento del Norte de Santander, por “hombres fuertemente armados, vestidos de civil, quienes lo obligaron a subirse a una motocicleta, llevándoselo hasta un lugar desconocido cerca de la frontera”, indicó el ejército.
El soldado, cuyo secuestro está bajo investigación, estaba de permiso, agregó en un comunicado la autoridad, que busca al uniformado y a los responsables del plagio en la zona. La vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, rechazó el rapto y apuntó al Ejército de Liberación Nacional (ELN), al Ejército Popular de Liberación (EPL, reducto de la desmovilizada guerrilla maoísta), o a la banda narco Los Pelusos, como presuntos responsables.
“Sepan que el Estado y Gobierno (de) Iván Duque harán pagar sus crímenes”, escribió en Twitter. El convulso Norte de Santander es el tercer departamento con más narcocultivos del país.
Rebeldes del ELN, reductos de la disuelta guerrilla maoísta EPL y bandas narcotraficantes se disputan el control territorial, además del paso de trochas a Venezuela. También las rentas ilegales derivadas de los narcocultivos, según las autoridades.
El ELN es la última guerrilla reconocida en Colombia tras el desarme y transformación en partido político de las FARC en 2017.
Los diálogos de paz entre el grupo guevarista y el Gobierno están en punto muerto desde agosto, luego de que el presidente Iván Duque les exigiera liberar a todos los secuestrados en su poder, que el Gobierno calcula en unas diez personas, y cesar las actividades criminales.
Bogotá ha señalado con insistencia al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela de dar refugio a la guerrilla y de ser laxo con las bandas narcotraficantes que operan en la frontera.
Colombia y Venezuela, que comparten 2.200 kilómetros de frontera, prácticamente no tienen relaciones diplomáticas desde 2017. La guerra de declaraciones entre ambas naciones escaló en los últimos meses con la llegada a la presidencia de Duque, quien prometió aislar diplomáticamente a la “dictadura” de Maduro.
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK