Ocho de los fallecidos y 88 heridos se produjeron en el estado indio de Manipur (noreste), donde se localizó el epicentro del seísmo de 6,7 grados en la escala de Richter registrado en la madrugada del lunes, dijo a Efe el portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de la India (NDMA, siglas en inglés), Anurag Gupta.
En el vecino estado de Assam se registraron otros 68 heridos, añadió esta fuente.
«La situación es mucho mejor y los equipos de ayuda siguen con sus trabajos en las zonas afectadas, donde se va volviendo a la normalidad», subrayó Gupta.
El suministro eléctrico y las telecomunicaciones están operativos en la mayor parte de la zonas damnificadas en la India, añadió el portavoz.
Por su parte, el Ministerio de Interior indio destacó en un comunicado que «el suministro de energía se ha restaurado en las zonas afectadas excepto en algunas partes de los distritos de Senapati y Tamenglong», en Manipur.
Tamenglong registró el epicentro del seísmo de 6,7 grados de magnitud en la escala Richter que se produjo a las 04.35 hora local de ayer (23.05 GMT del domingo) y que afectó también a Bangladesh, además de sentirse en Birmania.
«Los servicios de telecomunicaciones están totalmente operativos», añadió la nota del Ministerio.
El Gobierno indio envió a Manipur un equipo médico especializado para reforzar la atención sanitaria a los heridos y un grupo de expertos para colaborar con las autoridades locales en la reparación de edificios dañados.
Unos 160 edificios sufrieron daños en este estado nororiental, aunque sin llegar a derrumbarse, según informaron a Efe fuentes de los servicios de emergencias.
Pese al restablecimiento de servicios, los centros educativos permanecerán cerrados durante una semana, en muchos lugares de trabajo se concedieron dos días libres a los empleados y numerosas tiendas permanecen cerradas, según la agencia india IANS.
En Bangladesh, el terremoto ocasionó cinco muertos y al menos 72 heridos, la mayor parte por ataques cardiacos o mientras salían deprisa a la calle, pero no por el colapso de edificios.
Este seísmo se suma a varios terremotos de gran magnitud registrados el año pasado en el sur de Asia, entre ellos uno de 7,8 grados en Nepal que causó cerca de 9.000 muertos y otro de 7,5 en Afganistán y Pakistán con casi 400 muertos y más de 2.400 heridos.