“El ELN debe comprender que no solo se puede hablar de paz (…), se tienen que tomar acciones que demuestran que son serios acerca de la paz. Infortunadamente, lo que hemos visto por parte del ELN en los últimos años (…) es más bien lo contrario”, lamentó Gilmore, de visita en Colombia desde el lunes.
El enviado de la Unión Europea lamentó en particular el atentado del 17 de enero, reivindicado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) , que dejó 21 muertos, además del atacante, y más de 60 heridos en una academia policial de Bogotá.
El ataque llevó al presidente Iván Duque a sepultar el agonizante proceso de paz iniciado en 2017 por su antecesor Juan Manuel Santos con la última guerrilla del país tras el desarme y transformación en partido de las FARC hace dos años. Introducir “un coche bomba en una escuela de policía es un acto escandaloso de terrorismo, que no es aceptable en ningún país”, declaró a medios. Además aseguró que el secuestro, utilizado por los rebeldes como arma política y económica, “no es aceptable” tampoco.
En el transcurso de su visita que termina el viernes, el funcionario se entrevistó este jueves con Duque, opositor de lo convenido con las FARC, y con diferentes líderes políticos, entre ellos los dirigentes de la exguerrilla comunista. Gilmore llamó a la sociedad colombiana a apropiarse del histórico acuerdo de paz con las FARC, que dividió profundamente al país.
“El trabajo del mantenimiento y de la construcción de paz no cesa nunca: es, debe ser y será un esfuerzo continuo”, apuntó. También mostró su “preocupación por los asesinatos y las amenazas hacia los líderes sociales y los defensores de derechos humanos”. Es “urgente” garantizar su seguridad, afirmó.
El año pasado 247 líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron asesinados en Colombia, según la Defensoría del Pueblo, entidad pública encargada de velar por la protección de los derechos humanos.
Aunque aliviado por el pacto de paz con las FARC, el conflicto armado colombiano, el último de América, sigue enfrentado a rebeldes del ELN, paramilitares de ultraderecha, narcotraficantes y agentes estatales.
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK