El experto en seguridad y docente de la Flacso, Gabriel Orozco, dijo que no se puede hablar de democracia y seguridad sin tener en cuenta la influencia del narcotráfico en los estados latinoamericanos. Esto, a propósito del caso de “El Chapo” Guzmán, en México, además de otros como el de Pablo Escobar, en Colombia, y las “maras”, en El Salvador.
Sobre la recaptura de “El Chapo” dijo que se trata de un hecho simbólico para el estado mexicano, especialmente por los cuestionamientos que existen a la corrupción en la policía y, en general, a la “estructura y legitimidad del Estado”. Por ello, era urgente y una prioridad la recaptura del capo del narcotráfico.
Para Orozco, el debate se centra en la capacidad institucional que tienen los estados para hacer frente a una amenaza interna y real que es el narcotráfico en Latinoamérica. Pues los territorios en donde se instalan estas mafias son aquellos en los que los países tienen una presencia mínima de las fuerzas de lucha y de justicia.
Finalmente, el experto aseguró que la represión no es la forma eficaz de luchar contra la corrupción y, por ende, contra el tráfico de drogas, sino el acabar con la ideología y las instituciones informales enquistadas en poblaciones que ven a esta actividad como su única alternativa de sustento.