En un encuentro con corresponsales extranjeros, Correa agradeció el «gran favor» que, según dijo, le han hecho líderes de diversas corrientes ideológicas que el martes se reunieron en una cita encabezada por el prefecto de la provincia de Azuay (cuya capital es Cuenca), el centrista Paúl Carrasco, y el alcalde de la ciudad costera de Guayaquil, el conservador Jaime Nebot.
También participaron el líder del movimiento Avanza, Ramiro González, un antiguo colaborador del Gobierno de Correa; Guillermo Celi, del grupo SUMA, formación a la que también pertenece el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, y el prefecto indígena de la provincia de Morona Santiago, Marcelino Chumpi, entre otros.
Sin embargo, fue notoria la ausencia del exbanquero Guillermo Lasso, quien ha expresado su voluntad de presentarse como candidato opositor para los comicios de 2017, al igual que lo ha hecho el exasambleísta Abdalá Bucaram, hijo del expresidente del mismo nombre.
«Yo creo que es bueno para que los ciudadanos vean quién es quién», dijo acerca del nuevo grupo el gobernante, quien destacó la presencia en esta alianza de González, exministro de Industrias.
Sobre él aseguró que, tras siete años «aprovechándose del Gobierno, entonces ahora se une a la oposición para que haya democracia, haya derechos. Entonces ¿participó siete años en un Gobierno que no respetaba la democracia, no respetaba los derechos? ¿Quien puede creer eso?», se preguntó.
Según Correa, quien destacó la disparidad política de algunos de los integrantes de la plataforma, el objetivo que les une es derrotarle a él, según muestran con sus pronunciamientos, a pesar de que no será candidato a la Presidencia en 2017, lo que calificó de «error estratégico».
En su opinión, los grupos adscritos a este acuerdo desean «tener presencia legislativa. Ni siquiera hablan de Presidencia (de la República) porque saben que no la ven», apostilló.
«Creo que no va a haber unidad total, sino unidades parciales y esta clase de unidades nos hacen mucho bien porque la gente recuerda el pasado», comentó al afirmar que en la agrupación figura «la partidocracia de siempre», que desea «volver al pasado».
«Entonces, muchas gracias. Me están haciendo un gran favor», agregó.
El gobernante reiteró que si Alianza País (AP), el movimiento que lidera, gana las elecciones, su intención es ir a vivir a Bélgica, país de origen de su esposa, Anne Malherbe.
«Se lo debo a mi esposa. Mis suegros son mayores, mis dos hijas estudian en Francia», comentó, y añadió que, de ese modo, su marcha evitaría «hacerle sombra al próximo gobierno».
«Mi presencia es tan fuerte que siempre lo van a comparar y más aun si (el nuevo presidente) es un compañero de AP», aseveró.