El equipo de la película, incluyendo al director Cameron y al productor Jon Landau, recibió un permiso especial para volar a Nueva Zelanda hace dos semanas, a pesar de que sus fronteras están cerradas para evitar contagios del coronavirus, lo que provocó algunas quejas por el tratamiento privilegiado.
«Esta producción va a contratar a 400 neozelandeses para trabajar en ella», dijo Landau después de salir de un hotel en Wellington, donde él y sus colegas han estado en cuarentena desde que llegaron. «vamos a gastar, solo en los próximos cinco meses, más de 70 millones de dólares aquí», agregó.